Las sociedades avanzan, se desarrollan, prosperan, pero hay algo que no pueden cambiar: su ubicación en el mapa mundi y la posibilidad de tener o no salida al mar. La Comunitat Valenciana disfruta de una posición geográfica y una ventaja comparativa envidiables. Su principal puerto -y el primero del Mediterráneo-, el de València, se encuentra en el epicentro del tráfico procedente del sudeste asiático y de América y, no olvidemos que, junto a la Unión Europea, son las regiones más dinámicas y las que concentran el mayor volumen del comercio marítimo.
Aprovechar la ventaja competitiva del recinto del Grao es fundamental para la Comunitat Valenciana ya que, unido a la credibilidad de nuestras Instituciones, a la competitividad de nuestras empresas y a la formación de nuestros trabajadores, reúne todas las condiciones para convertirse en un centro logístico y de transporte de primera magnitud.
Pero debe tenerse en cuenta que, en un mundo globalizado, el coste es una variable determinante a la hora de elegir el suministrador y que los puertos afronten un entorno cada vez más competitivo derivado del incremento del tráfico, la creciente dimensión de los buques de carga y los requerimientos más exigentes de los usuarios.
Para que el emplazamiento de València pueda seguir contribuyendo favorablemente al crecimiento a la economía de la autonomía y creando empleo de calidad, tiene que reducir costes, prestar mejores servicios y ganar competitividad. Para ello es imprescindible la disponibilidad de una red mallada de infraestructuras que facilite un transporte eficiente y fiable, junto a equipamientos de calidad con plataformas logísticas eficaces. De ahí la importancia del desarrollo integral del Corredor Mediterráneo, con doble plataforma, accesos ferroviarios a las terminales intermodales y a las áreas industriales de la Comunitat Valenciana y la adecuada continuidad con los ejes Zaragoza-Sagunt y Madrid-València. Pero también son determinantes otros factores como la digitalización de la gestión de las mercancías y la prestación de servicios de transportes rápidos y eficientes a precios competitivos.
Para responder a los retos del futuro, en el consejo de administración de la APV del pasado 23 de noviembre aprobamos el Plan de Empresa 2018-2024, con unas inversiones globales de 1.463 millones de euros. Inversiones necesarias para ampliar su capacidad ante el hecho de que, en el año 2022, se estima que el Puerto de València habrá alcanzado un 85% de la misma, con los consiguientes costes de congestión y el previsible desvío de tráfico hacia otros puertos. Inversiones que deben ser respaldadas por la sociedad en su conjunto y tener en cuenta la mejor integración del puerto con la ciudad, porque también se trata de que la ciudad de València esté orgullosa de su puerto.
En definitiva, apostar por el desarrollo del puerto de València es apostar por la prosperidad de nuestra autonomía y por el desarrollo de València.
