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Tribuna

Desafíos para la industria marítima

Desafíos para la industria marítima

la economía internacional se enfrenta en 2019 a un complicado fin de ciclo que tendrá una incidencia significativa en la industria marítima expuesta a un horizonte con múltiples incertidumbres. Esta fue una de las cuestiones más destacadas abordadas recientemente en la sesión Conectividad y Competitividad en la que la Autoridad Portuaria de Valencia y la Fundación Valenciaport presentaron a su comunidad portuaria los últimos productos generados en el área de inteligencia de mercado con el objetivo de facilitar el proceso de toma de decisiones y definición de estrategias en el complicado contexto actual.

De hecho, el FMI prevé que en 2019 el 70 % de la economía mundial experimente una desaceleración mientras que hace dos años, el 75 % experimentó un repunte que, no obstante, podría calificarse como modesto y con poca incidencia en las medidas estructurales que elevaran el crecimiento potencial de las economías avanzadas. A esto se unen los riesgos a la baja como el aumento del proteccionismo, el brexit en Europa, el elevado nivel de endeudamiento de algunos países o las tensiones geopolíticas en determinadas áreas. Algunos de estos factores ya han dejado sus efectos este año, como la incertidumbre generada en torno al brexit, que ha supuesto un importante retroceso de las exportaciones españolas y valencianas a ese mercado.

Esta reducción en el crecimiento económico tendrá una traslación al comercio exterior y, por tanto, a la demanda de transporte a la que tendrá que hacer frente el sector marítimo-portuario en un momento, además, en el que el mercado se prepara para un profundo cambio, ya que en 2020 entrará en vigor la normativa aprobada por la Organización Marítima Internacional que regula el contenido en azufre de los combustibles marítimos. A partir del 1 de enero, el máximo permitido se establece en el 0.5% (frente al 3.5% actual) lo que significará el encarecimiento de un 30% en el coste del combustible al optar por aquellos bajos en azufre, o la adaptación de los buques con sistemas de depuración o para su uso con combustibles alternativos, con las exigencias de inversiones que ello requiere.

Ante el desafío que plantean los próximos años, la industria tendrá que continuar en la senda de maximización de la eficiencia y fomento de la innovación, incidiendo en factores como: la digitalización, el aprovechamiento de las economías de escala optimizando el tamaño del buque y las escalas, integración vertical y horizontal para aumentar las sinergias en la cadena logística o implantación de avances tecnológicos que permitan mejorar el rendimiento de los buques reduciendo su consumo y su impacto medioambiental, contando en todos ellos con el apoyo de la Fundación Valenciaport como promotor de la innovación para la comunidad portuaria.

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