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Tribuna

La formación en los puertos

La formación en los puertos

El sector del transporte se ha convertido en unos de los principales motores económicos de la Unión Europea, cuya transcendencia se evidencia tanto por la población que emplea, unos 11 millones de personas, como por el número de empresas que lo conforman, y que sobrepasa el millón. Además, juega un papel crucial en la integración y la vertebración de los territorios europeos, y su importancia es capital para hacer realidad su principio fundamental de libre circulación de personas, servicios y bienes.

Se trata de un sector que deberá afrontar notables desafíos a corto-medio plazo debidos, entre otros, a la transformación tecnológica y digital imparable que vivimos, al crecimiento del comercio internacional como fruto de la globalización, a la automatización y a la necesidad de ofrecer opciones de movilidad más sostenibles y alternativas de transporte con un menor impacto medioambiental, y que lo convierten en objeto de numerosas políticas y regulaciones europeas.

Estos cambios podrían poner en serio riesgo la empleabilidad de algunos de sus actuales profesionales, pues el trabajo en el sector, tal como lo concebimos a día de hoy, se verá alterado, e incluso podría ser complicado encontrar trabajadores con las competencias adecuadas en los próximos años.

En el caso del sector marítimo-portuario, un número considerable de profesionales deberán igualmente hacer frente a dicha tesitura. Diversas entidades llevan varios años estudiando los temas de los buques sin dotación y la reducción de la tripulación mediante proyectos de I+D+i y ya se han probado algunos prototipos de buques autónomos como el desarrollado por Rolls-Royce. En los puertos, las profesiones con un mayor peligro de sufrir accidentes laborales, como puedan ser los estibadores o los amarradores, se verán beneficiadas por medidas en pro de la seguridad laboral con la automatización de procesos que mejorarían sus condiciones de trabajo y que podrían a su vez mejorar su productividad y eficiencia en la prestación del servicio. En las propias terminales portuarias, puestos como los de planificador de carga o el responsable de mantenimiento deberán lidiar con los efectos en su día a día del incremento de capacidad de los buques y la automatización y electrificación progresiva de dichas terminales.

Ante este panorama, la formación aparece como el elemento clave para facilitar una transición fluida hacia los nuevos escenarios al posibilitar la adecuada capacitación de estos profesionales dotándolos de las habilidades que se requerirán en el futuro. Además, posibilitará la entrada en el sector de nuevos perfiles al demandarse conocimientos en áreas como la ciberseguridad, el internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial o la impresión 3D, entre otras.

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