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Tribuna

¡Barco a la vista!

¡Barco a la vista!

Muchos recordarán aquel famoso poema de José de Espronceda donde se realzaba la grandeza de un barco, equiparándolo con un tesoro. Y es que, en momentos como éste donde las consecuencias del famoso virus llevan varias semanas sacudiendo los cimientos de la economía mundial, es cuando verdaderamente apreciamos lo que tenemos.

Los buques, los puertos y el comercio en general son tan invisibles e incomprendidos como el trabajo de una hormiga. Todos asumimos que siempre van a estar ahí para acercarnos esas mercancías extranjeras que tanto necesitamos y que tan imprescindibles son para nuestro día a día. Nos dirigimos decididos a un supermercado, farmacia, tienda de ropa o de muebles sin plantearnos siquiera la posibilidad de que ésta esté desabastecida porque, claro, ya está la logística para solucionar just in time todas nuestras necesidades de consumo.

Desafortunadamente, solo en situaciones de crisis como la actual es cuando resulta más evidente el colapso que puede generarse si dejan de navegar los buques o si se limita la capacidad de los puertos.

Como ejemplo, en lo que llevamos de 2020, el hecho de que muchas fábricas chinas hayan permanecido cerradas más tiempo de lo habitual ha ocasionado, según datos de publicaciones especializadas como Alphaliner, caídas superiores a los 6 millones de TEU (unidad de contenedor de veinte pies).

En este sentido, si tenemos en cuenta que solo en un TEU pueden caber hasta 55.000 manzanas o 200 colchones, imagínense el drama que puede suponer para los ciudadanos de un país no tener acceso a estos productos de primera necesidad, aunque sea durante un corto periodo de tiempo.

Siguiendo con lo anterior, aunque, afortunadamente, el comercio a través del puerto de Valencia no se ha visto tan afectado como en otros recintos europeos como Rotterdam o Hamburgo por la diversificación de nuestros tráficos, sí es previsible que se produzcan retrasos en la llegada de determinadas importaciones. En este sentido, aunque es todavía pronto para estimar si el impacto puede ser temporal o a más largo plazo, lo que parece innegable es que el coronavirus genera dudas razonables sobre el escenario de crecimiento de 2020, y los frágiles signos de mejoría que se vaticinaban para los próximos meses.

Por todo ello, y, esperando por el bien de todos que la situación se normalice, les invito a que cuando avisten un navío que se aproxima al puerto de Valencia lo celebren con un ¡Barco a la vista!

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