J. L. Z., Valencia

Pero necesita tiempo. Esta semana reconocía en Trapani (Sicilia), donde visitó al equipo China Team -que está patrocinado por Lladró-, que la compañía se encuentra en el «momento más difícil de la historia». Sin duda, en los cincuenta años de actividad de la compañía que fundaron los hermanos Juan, José y Vicente Lladró, la firma no ha hecho otra cosa que crecer.

Diversificada ahora en grandes negocios inmobiliarios, financieros y agrarios, la división de cerámica decorativa -la que comporta toda su fama- es deficitaria. El mercado de Estados Unidos, donde destina más de la mitad de sus ventas, ya no responde. Tampoco el de Europa. La mercantil está en pérdidas y hasta el año 2008 no prevé abandonar los «números rojos». En Europa la cosa no mejora. El exceso de producción en sus fábricas de cerámica decorativa han obligado a la compañía a presentar nuevos planes de regulación de empleo para el ejercicio de 2006. Sus trabajadores de las factorías de producción (1.100 en Tavernes Blancas y 200 más en Xirivella) dejarán de trabajar entre cerca de 80 días al año. Es un síntoma del nuevo rumbo de la firma.

Otros artículos llevarán la actual marca

La estrategia que ha diseñado Viot pasa por la diversificación de los productos Lladró. Ante de verano, ya avanzó que la firma debe aprovechar el potencial de la marca para otros artículos. Así las cosas, a partir de 2006 podría verse la marca Lladró en otros artículos de regalo. Otro eje de esa plan de viabilidad pasa por la búsqueda de mercados emergentes. Para ello, la apuesta por el China Team de la Copa del América es evidente. Lladró quiere destinar al menos un 10% de su producción a la gran nación asiática.

Además, potenciará las tiendas propias y mejorará la red de comercialización. En el plano de la producción, la compañía quiere reducir los stocks en un 20%, aunque este año sólo lo ha conseguido en un 7%. Y asegura que no tiene previsto un recorte de la plantilla, ni espera deslocalizar procesos industriales en países con menores costes laborales. Sobre estas premisas, sólo cabe esperar que el mercado responda a la apuesta de diversificación en otros artículos diferentes a las figuritas que tanto éxito han tenido en el último siglo, pero que tantas incertidumbres presentan. Los tiempos cambian.