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Antonio Gómez es productor vitivinícola en Utiel y no puede más. Está viendo cómo "más de un siglo de historia, toda una vida, se acaba porque ahora no es posible ni recuperar la inversión en la viña".

Antonio culpa de este caos en gran medida a la morosidad de la administración. Está harto de la verborrea política porque la Conselleria de Agricultura le debe cerca de ocho mil euros en concepto de ayudas europeas. "Las subvenciones fueron remitidas al Gobierno autonómico a principios de año, pero éste no tiene marcada una fecha límite para pagar al agricultor", afirma Gómez. Por ello, los tres mil euros que debieron enviarle desde Medioambiente el pasado año van camino de juntarse con los pagos correspondientes a esta campaña. "Yo no puedo hacer frente a los pagos y, sin embargo, los políticos se llenan la boca".

Antonio describe como "trágica" la situación actual del sector y recrimina a la administración "su poca sensibilidad y su charlatanería". Gómez se entristece y se lamenta aceptando que "todo el trabajo cultivando viñas, trabajando a destajo veinte horas diarias durante tantos años, tengan ahora como única salida ser abandonadas". El panorama "es tétrico", concluye el agricultor.

En este sentido, Antonio califica el plan de ayudas por abandono del cultivo ofrecidas por la OCM como "otra de las mentiras más grandes del mundo", ya que, quien haya solicitado alguna subvención a la OCM en los últimos diez años no puede optar a los 5.000 euros por hectárea de cultivo liberada que supone el plan de arranque. Sin embargo, Antonio admite resignado que si pudiera "me olvidaba de la tierra e iba a buscarme la vida a otra parte porque esto es inviable".

La imposibilidad actual de liquidez en el sector de las vides ha provocado que los agricultores busquen otras fuentes de ingresos. Antonio cuenta con el apoyo de sus hermanos, ambos pintores, que le ceden las herramientas para que les eche una mano en algunas faenas, y así, poder sustentar su economía. Aunque, como lamenta, "no pueda hacerlo legalmente, por la cotización a la Seguridad Social".

Además, Gómez admite que el cuidado de las viñas va a mermarse en las próximas campañas porque el agricultor trata de recortar gastos en todos los ámbitos posibles. "Podar y sulfatar, a partir de ahora, lo justo", asume el productor, que a su vez no olvida que, "si la viña no la arreglas, se pierde" y que, visto lo visto en los últimos meses, "si no se hace algo al respecto, el desierto va a llegar ya" y "si se pierde el cultivo va a ser un desastre económico brutal".

Antonio no puede evitar sentir "vergüenza" cuando oye el número de bajas psicológicas. "Nosotros llevamos años en crisis y no nos hace caso ni Dios", declara. "Se me están cargando la vida y no puedo cogerme una baja médica".

Por último, Antonio no olvida, y arremete contra el Consell, a quien acusa de haber recortado el presupuesto de Agricultura para financiar sus políticas de grandes eventos.