El sector vitivinícola valenciano va camino de la desertización. Fontanars dels Aforins, Moixent, Turís, Los Serranos y Utiel-Requena, en especial medida, debido a su importante potencial productivo, atraviesan la peor crisis de su historia.

Actualmente, la producción vitivinícola en la comarca de Utiel-Requena comporta una rentabilidad negativa de 986 euros por hectárea. Esta situación, en la que el agricultor no puede ni siquiera hacer frente a los gastos, está suponiendo la reducción de costes de producción, fundamentalmente los relacionados con el abonado (22% de la inversión), los tratamientos fitosanitarios (16%) y el labrado (12%), que supondrán una merma de producción para la próxima temporada, según La Unió de Llauradors i Ramaders. Los productores también barajan como otra medida posible abaratar los gastos eliminando los costes del seguro -que suponen un 32% de la inversión- y arriesgarse a dejar sus cultivos a expensas de las inclemencias meteorológicas.

La dramática situación que viven los productores de viñedos valencianos comporta el abandono progresivo de explotaciones cada vez más extensas, que se echan a perder de forma irreversible, y que, además, acumulan matojos que las convierten en presas fáciles del fuego. Por ello, José Luís Robredo, productor vitivinícola, denuncia indignado que "tanto que se pregona el medio ambiente, y luego, nosotros que cuidamos una cubierta verde que oxigena el hábitat somos ignorados".

En las bodegas de Utiel-Requena se almacena el 60% del vino labrado en la temporada del pasado año a falta de un mes para la vendimia. Los productores de los viñedos achacan esta situación en gran medida a la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) vitivinícola, aprobada en Bruselas en abril de 2008, en la que se aprobaba la supresión del precio mínimo que debía pagarse al viticultor, eliminando las garantías y dejando a éste en manos de la industria. "Necesitamos las bodegas libres para vendimiar, pero el mercado marca los precios y conocen nuestra necesidad", declara José Luís Robredo, productor vitivinícola de la comarca de Utiel-Requena. Asimismo, la nueva OCM toma como referencia la destilación de uso de boca y pasa a transmitir el presupuesto de ayudas mediante un pago único que obliga a los productores agrícolas a tener un contrato con las firmas alcoholeras. Alberto Lacruz, responsable vinícola de La Unió, asume que "no hay precio para esta campaña", porque hay mucho más vino en el mercado del que puede soportar y "la sobreoferta hace caer en picado los precios".

Los escasos rendimientos de las cepas valencianas conllevan la falta de relevo generacional. Antonio Gómez es productor vitivinícola en Utiel y califica como "trágica" la situación actual, en la cual los jóvenes agricultores son quienes padecen más afligidos las dificultades económicas, ya que no pueden hacer frente a los pagos ni tampoco acogerse a las ayudas por abandono del cultivo de la OCM.

El plan de arranque da prioridad a los agricultores mayores de 55 años. Las ayudas para este programa son de 5.000 euros por hectárea, pero no se puede optar a las mismas si en los últimos diez años se ha recibido de alguna OCM subvenciones de otra índole, tales como, por ejemplo, ayudas medioambientales, programas de agricultura ecológica, agricultura integrada o algún plan de mejora o reestructuración de negocio que comporte cualquier préstamo para la compra de maquinaria que modernice el sistema de cultivo. Esta condición es motivo de crítica por parte del sector, que considera la medida falaz en su planteamiento, según indica Antonio Gómez, vitivinicultor de Utiel.

Para José Luís Robredo, productor de vides, el motivo por el que se ha reducido en la campaña de 2008 un 9% los 214 millones de kilos de uva recogidos en 2007 es que está fallando la comercialización en la denominación de origen. "No hemos sido capaces de defender nuestro producto", razón por la cual "los vinos a granel están sentenciados a la ruina" porque el precio al que se distribuye "no se puede soportar". Un litro de uva se vende a 17 céntimos de euro y "sólo la recaudación cuesta el 60 por ciento del precio final del vino". "Quizá sea el momento de apostar fuerte por el vino embotellado" declara Robredo. Además, José Luís denuncia que el comercio vinícola lo dominan un grupo reducido de firmas que pactan los precios en oligopolio reduciéndolos hasta "ser insostenibles" y "de verdadera vergüenza".

En cuanto a la nueva OCM, José Luís considera que "nos ha dejado peor de lo que estábamos porque España ha perdido dinero". Por otra parte, el productor vitivinícola culpa a las campañas de de la Dirección General de Tráfico del descenso del consumo de vino, ya que, según él "no tiene las mismas consecuencias una copa de vino y un cubata o un carajillo". Además, Robredo propone como medida para paliar la caída de la demanda fomentar el consumo de vino entre los más jóvenes, aunque sea "un lambrusquito de esos".

José Luís Robredo considera que quizá sea el momento de "reciclar el sentido cooperativista" y pasar a actuar "más agresivos en la comercialización. Tan sólo el 10% de los agricultores de vides en Utiel-Requena cultiva de manera individual, exento de cooperativas.

Por otra parte, Robredo defiende la postura del Consell, que dice que "quién no ha tenido irregularidades en su expediente ha cobrado las ayudas". De hecho, insiste en que, además, "Conselleria está avisando telefónicamente a los agricultores con incidencias para que las subsanen".