"Modelo obsoleto", "miopía" estratégica. La coyuntura es más que difícil para todas las empresas por la crisis económica, pero lo peor, por lo que a la industria manufacturera valenciana respecta, es que son demasiados los empresarios de estos sectores de la Comunitat que no tienen una percepción clara de hacia dónde dirigirse o incluso que, erróneamente, no acaban de ver la necesidad de cambio y creen que deben ser otros agentes los que se lo marquen. Así lo pone de manifiesto el informe La globalización y su incidencia en los sectores manufactureros tradicionales elaborado por encargo de la Cámara de Valencia por un equipo de la Universitat de València dirigido por el catedrático José Pla Barber.

La principal conclusión, tal como explicó el presidente de la Comisión de Internacionalización cameral, José Ramón Revert, es que el "modelo [tradicional de exportación] está obsoleto y no nos sirve para el futuro". "Eso de creernos que somos los mejores ya no es así", de tal forma que las empresas que no hayan incorporado cambios en I+D+i o en recursos humanos "están fuera del mercado". Las que siguen ahí deben cambiar de modelo: apostar por fusiones y cooperación para ganar tamaño, delimitar qué producen por sí mismas y qué compran en los mercados internacionales y decantarse por la multilocalización.

El informe es contundente en datos y se ha centrado en los sectores textil, mueble y madera, iluminación, maquinaria y equipo mecánico, material y equipo eléctrico, metal y químico. La comparación con los competidores europeos es demoledora. Con datos referidos al período 2002/2006, muestra cómo la creación de nuevas empresas en el textil (13%) o el mueble (15%) está muy lejos del 26,1% y el 28%, en cada caso, de Francia; cómo tienen una escasa dimensión (16 empleados en el mueble frente a los 116 del Reino Unido), cómo el textil cuenta con 386 filiales en el exterior, sin crecimiento, por las 1.552 y un 25% más de Italia. Un panorama similar aparece en inversión tecnológica o ventas por empleado.

Claro que esta situación es de sector y no de empresas. El estudio diferencia entre las innovadoras y las rígidas, que, en términos generales, Pla cifró en un 50% en cada caso, aunque dependiendo de las actividades. Las primeras son aquellas "conscientes de la necesidad de implementar cambios más allá de los tradicionalmente utilizados" y son las que valoran que "su modelo de internacionalización va más allá de la simple exportación". Las rígidas tienen una menor percepción de la necesidad de cambio, son "menos realistas" sobre la gravedad de la situación actual y futura y tienen equipos directivos menos preparados. Además, son las que prestan menos atención a "las estrategias más sólidas para hacer frente a esta crisis, como son las fusiones o la cooperación". Seguramente, a este grupo pertenece la mayoría de ese 35% de empresarios valencianos que, fruto de una "actitud miope", indican que "deben ser otros agentes los responsables del cambio de estrategia".

Pla explicó que hay dos modelos de empresa futuros a los que deberán adscribirse para sobrevivir las que no lo hayan hecho aún. Por un lado, está la empresa "global/retadora", que apuesta por la multilocalización, la cooperación, las fusiones, las franquicias y el control del canal de distribución. Entre éstas citó a Inditex (Zara) o a Mango. Y, por otro, la empresa "local/especializada", que opta por "nichos de mercado, "outsourcing", logística y servicio".

Críticas a la eficacia de las ayudas públicas y a sus destinatarios

Un 83% de los 130 encuestados para realizar una parte del estudio considera que las acciones de política pública son muy poco o poco eficaces. El presidente de la Comisión de Internacionalización de la Cámara, José Ramón Revert, fue inicialmente más allá y denunció que las ayudas y los planes "no llegan a las empresas". "No sé dónde se quedan", añadió. A preguntas de los informadores precisó que se refería a que lo prioritario en este momento es ayudar directamente a las empresas y que muchas de esas subvenciones se están destinando a instituciones como patronales o institutos tecnológicos. En relación con esto, el vicepresidente de la Cámara, Antonio Almerich, que aseguró que el Gobierno central no margina a las empresas valencianas de la industria tradicional, apuntó que es esencial, más allá de los planes sectoriales, hacer planes de empresas: "Hay que elegir empresas líderes en cada sector para que lideren los nuevos modelos de empresa y de gestión". De esta forma, según el empresario del metal, se podría "luchar contra la miopía" de muchos empresarios.