?

Quieren un compromiso por escrito y detallado y no sólo promesas verbales. Los sindicatos Sicam y UGT ya han solicitado formalmente a la dirección de Caja Mediterráneo (CAM) la constitución de una mesa negociadora para que se garantice mediante un acuerdo laboral las condiciones de la plantilla una vez que concluya la integración de la entidad alicantina con Cajastur y las cajas de Extremadura y Cantabria. En el primer encuentro que mantuvieron los directivos y los sindicatos se aseguró que cualquier ajuste de plantilla se realizaría de forma "no traumática" (mediante prejubilaciones) y que se respetarían las condiciones actuales de todos los empleados. Sin embargo, tanto Sicam como UGT consideran que quedan muchos flecos por definir y que la incertidumbre empieza a hacer mella entre los empleados, que "no tienen claro su futuro".

"Los compañeros de las oficinas de las zonas de expansión (las que están fuera de la Comunitat Valenciana, Murcia o Baleares) son los que más nerviosos están. Se supone que estas oficinas pasarán a depender del nuevo banco y quieren saber cómo se va a hacer el cambio de titularidad y también que les pongan por escrito que mantendrán el sueldo y todo igual que ahora", explicaba ayer el secretario general del Sicam, Manuel Navarro. Entre la plantilla de los denominados servicios centrales también hay "muchísima inquietud", según el secretario general de la sección de UGT en la CAM. A pesar de que el director general, Roberto López, señaló que la sede del grupo en Madrid "será más conceptual que operativa" y que las sedes de las distintas cajas seguirían realizando la mayor parte del trabajo, estos trabajadores "piensan que si se va a racionalizar la estructura, son ellos los que más afectados se pueden ver", apunta Pastor. "Tendrán que ofrecer traslados a Madrid y las condiciones de esos traslados es otro de los puntos que hay tratar", añade Navarro.

En una primera estimación se trasladó a los sindicatos que la reducción alcanzaría a un máximo del 10% de la plantilla de la caja, formada por casi 7.000 personas, aunque oficialmente la entidad asegura que aún es pronto para tener una cifra concreta y se limitan a señalar que el impacto será "mínimo". En cualquier caso, se aseguró que no habría despidos y que el ajuste se produciría mediante prejubilaciones, con las que estarían de acuerdo los sindicatos. Los trabajadores de la CAM, como explicó el dirigente de Sicam, tienen 22 pagas anuales, frente a las 18,5 de la plantilla de Cajastur.

Cajamurcia se hace con el poder en su SIP

El Sistema Institucional de Protección (SIP) que han puesto en marcha Cajamurcia, Caixa Penedés, la balear Sa Nostra y Caja Granada va a permitir al presidente de la primera, Carlos Egea, obtener lo que no logró en sus fracasadas conversaciones para una fusión con la CAM. La entidad murciana será la que pilote el nuevo proyecto, con lo que se cumple la condición esencial planteada por Egea para participar. En sus negociaciones con la CAM, pese a que ésta la triplicaba en volumen de activos, Cajamurcia reclamó, entre otras cuestiones, que la presidencia ejecutiva fuera para Egea, motivo por el que la CAM rompió las negociaciones en el último momento. En el nuevo SIP -fusión virtual-, Cajamurcia, con 22.140 millones de euros en activos, tampoco es la de mayor tamaño, lugar que ocupa la catalana, con 23.041 millones. Egea será el presidente del nuevo grupo y la vicepresidencia la ocupará el actual máximo responsable de Caixa Penedés, Ricard Pajés. Además, y debido, como sucedió con la CAM, a su mejor solvencia y situación financiera, Cajamurcia tendrá cinco de los 16 miembros del consejo de administración de la entidad que rija el conglomerado. Cajamurcia controlará un 39% del grupo resultante, mientras que Penedés, la mayor de las cuatro, se queda con el 19,5%. Algo muy parecido le ha sucedido a la CAM en el SIP en el que participa junto a Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria: duplica a la asturiana, pero la iguala en controlar el 40% del grupo. levante-eMv valencia