La Asamblea General de Caja Duero aprobó hoy la fusión con Caja España con 102 votos a favor, 15 en contra y dos abstenciones en un encuentro que comenzó a las 9.00 horas de la mañana en la sede de la institución financiera salmantina. La operación permitirá a ambas entidades convertirse en el octavo grupo financiero español.

Como era previsible después de anunciarse el apoyo de las principales fuerzas políticas y de colectivos como el empresarial, el proceso continúa adelante y está previsto, según las fechas que maneja la dirección de ambas cajas, que dentro de un mes, en torno al 14 de julio, se oficialice la fusión.

Los votos en contra en la sede salmantina llegaron de manos de los asamblearios integrantes de la sección sindical de UGT en Caja Duero y de algunos de los impositores de una asamblea compuesta por 120 miembros y que pasará a ser de 160 para adaptarse en número a la existente de Caja España. El representante del sindicato, Antonio Muñoz, justificó la decisión porque es "un proyecto inviable" y en el que los trabajadores salen "lesionados".

Además, cerca de 200 personas se concentraron en el exterior de la sede de la Asamblea para mostrar su rechazo a la fusión. Entre ellas, estaba el ex director general de Caja Duero, Alfonso Mielgo, que explicó que oponerse al proceso es "defender los intereses de Salamanca" porque "hay otras fórmulas y soluciones" para adaptarse a la situación actual sin perder las señas de identidad, una situación que no se dará en este caso pues, según él, Caja Duero "va a perder todo".

El presidente de Caja Duero, Julio Fermoso, ha asegurado, en una carta dirigida al medio millón de clientes de la entidad en todas las comunidades autónomas españolas, que la entidad resultante les ofrecerá mejor servicio y unos productos financieros más atractivos y será "más rentable, más eficiente y más solvente". Por su parte, José Ignacio Lagartos, director general de Caja España, entidad que también tiene presencia en todas las autonomías, ha destacado que la fusión responde a un "proyecto de futuro", a la vez que ha recalcado que es "absolutamente necesaria" la integración del sistema financiero en entidades de mayor volumen".

El proceso de reordenación del sistema financiero afecta en Castilla y León a otras tres entidades: Caja Burgos ha decidido incorporarse a Banca Cívica, mientras que Caja Ávila y Caja Segovia negocian con Caja Madrid integrarse en un Sistema Integral de Protección (SIP) liderado por esta entidad. Sólo queda Caja Círculo (Burgos), que ha decidido seguir su andadura en solitario.