El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, descartó ayer la posibilidad de desarrollar nuevas medidas para reducir el déficit porque, a su parecer, el proceso de consolidación y reducción aprobado por el Gobierno va a dar "resultados positivos". Así lo puso de manifiesto Zapatero en una rueda de prensa junto al director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, donde recibió el visto bueno del organismo al plan del Gobierno para reducir este déficit y a la reforma laboral.

Zapatero aseguró que todas las medidas que han sido planificadas y que ya están en marcha facilitarán que el país consiga reducir el déficit al 6% en el año 2011, al tiempo que agradeció el compromiso de las comunidades autónomas en este sentido. Además, señaló que las reformas puestas en marcha se enmarcan en el convencimiento de que hay que llevar a cabo una acción "decidida" que se planificó el pasado diciembre y que tendrá que culminar "prácticamente" antes de que empiece el otoño para que el cuadro de reformas "esté claro". Sobre si las medidas antidéficit mermarán el crecimiento español, aseguró que no deberían afectar a la recuperación y al crecimiento de la economía si el Gobierno acierta con ellas, las dota de la fuerza necesaria y generan confianza en el país.

El jefe del Ejecutivo afirmó que ha explicado a Strauss-Khan los diferentes planes del Gobierno sobre la reducción del déficit, la reestructuración del sistema financiero, las pensiones, la reforma laboral y otras que aún están en marcha, como la de los servicios o la del ámbito energético. Además, aseguró que ha transmitido al director gerente del FMI su "decisión y plena determinación" del Gobierno para llevar a la práctica y hacer efectivas todas y cada una de las reformas en marcha para demostrar que España puede superar la crisis y salir con una economía "renovada y fortalecida".

Zapatero, quiere que se aceleren los trabajos para la reforma de las pensiones, que se hará mediante un proyecto de ley en lugar de un decreto porque, aunque es "muy necesaria", no es tan urgente como la laboral o las medidas de ajuste. Añadió que le gustaría que ese trabajo se agilizara para que el acuerdo se consiguiera "lo más rápidamente posible". Zapatero subrayó que esta reforma debe estar pensada para los próximos quince, veinte o treinta años, y por eso, insistió, se debe aprobar con consenso.