El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha viajado a Toronto para defender, en la reunión del G-20, las medidas impulsadas para controlar el gasto público, la reforma laboral aprobada por decreto y el modelo español de supervisión financiera, según informaron fuentes de La Moncloa.

En la reunión entre las grandes economías mundiales está previsto que se debata sobre la conveniencia o no de retirar los estímulos fiscales para limitar su impacto en la aún incipiente recuperación, y que parece estar enfrentando las estrategias para salir de la crisis de la UE y Estados Unidos.

Según han avanzado fuentes del Ejecutivo, Zapatero tiene intención de presentar los fondos de garantía de depósitos que deben cubrir las entidades financieras españolas para hacer frente a eventuales crisis como un posible modelo para la tasa que los europeos quieren imponer a los bancos, con el fin de evitar que sean rescatados con dinero de los contribuyentes.

Tras las últimas turbulencias de los mercados y su impacto en el coste de la deuda española, Zapatero abogará también por la transparencia y por la publicidad de los test de resistencia a los que se someten las entidades financieras. Es previsible además, según las fuentes del Gobierno español, que defienda ante los líderes del G20 el plan de ajuste aprobado para acelerar la reducción del déficit público y cumplir con los objetivos de consolidación fiscal de la UE.

Sin embargo, EEUU insiste en mantener los estímulos, al considerar que su retirada prematura podría precipitar una recaída y poner en riesgo la vuelta al crecimiento. Así lo puso de manifiesto el presidente estadounidense, Barack Obama, en una misiva que remitió a los Veintisiete la semana pasada, a la que el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, replicaron que lo prioritario en estos momentos es acelerar la consolidación fiscal para reducir el desequilibrio de las cuentas públicas.

"La preocupación que tiene ahora Europa es la de mantener los estímulos, pero con un cambio de mensaje de que es necesaria la consolidación fiscal para hacer sostenibles las cuentas", explican fuentes del Gobierno español.

Otro de los aspectos que más expectación está generando en torno a la próxima reunión del G-20 es la propuesta europea de fijar una tasa bancaria para sufragar futuras crisis y así evitar recurrir al erario público. Las mismas fuentes precisan que las conversaciones sobre este punto "están más avanzadas", sobre todo con EEUU, si bien admiten que existen "discrepancias" en países que lograron lidiar con la crisis bancaria, como Australia y Canadá, países que descartan que esta tasa sea necesaria. "La dicotomía podría mantenerse", subrayan. En este sentido, Zapatero resaltará que España es "el gran valedor" en la supervisión financiera, y para ello se apoyará en las pruebas de estrés de las entidades financieras que la UE publicará durante la segunda quincena de julio y que encabezan el Banco Santander y BBVA, por este orden. "Los 'tests' de estrés facilitarán la credibilidad del sistema financiero", confían.

Eso sí, las mismas fuentes quisieron dejar claro que no existe "ninguna expectativa" de que de la cumbre de Toronto salga una decisión "clara" sobre estrechar el cerco a la regulación financiera, y emplazaron a la próxima reunión del G-20 de noviembre que acogerá Seúl (Corea del Sur). "En Toronto se cumplirá el calendario de la agenda para analizar qué medidas se pueden adoptar para mejorar la regulación del sistema financiero. Será en Seúl donde se tomen decisiones", explican.

La UE también planteará en el G-20 la creación de una tasa a las transacciones financieras destinada a minimizar la especulación, al tiempo que las economías más influyentes tratarán de estrechar el control de los paraísos fiscales.