La contestación a una demanda presentada en el juzgado de lo mercantil número 1 de Valencia ha dado vía libre a los almacenistas, mercados y supermercados para comercializar la mandarina "narcodott" sin necesidad de contar con el permiso del Club de Variedades Vegetales Protegidas (CVVP), que es el encargado de velar por el control de este producto, que se encuentra registrado desde febrero de 2006.

El alcance de esta medida, que afecta a la comercialización de una producción de 120.000 toneladas de esta mandarina en España -100.000 en la Comunitat Valenciana-, es elevado, ya que se trata de la variedad de cítricos mejor pagada (estre 9,01 y 10,81 euros por arroba, casi el doble de lo que se abona por otras especies análogas también tardías) y que mayor polémica ha levantado entre miles de citricultores y los detentadores de los derechos de esta variedad protegida.

De hecho, se cuentan por centenares las demandas judiciales del Club de Variedades Protegidas contra agricultores valencianos que producían la "narcodott" antes de febrero de 2006, cuando se produjo su registro. Estas demandas reclaman, en algunos casos, cantidades que oscilan entre 300.000 y 500.000 euros por citricultor en concepto de "royalties". Antes, incluso, de estas demandas civiles, se produjeron otras de carácter penal, que incluían la solicitudes de penas de prisión por "explotación ilegal" de la variedad, que fueron archivadas por los juzgados de instrucción.

Lo más curioso del caso es que este producto había comenzado a plantarse en los años ochenta con el nombre del "afourer", antes de que la Unión Europea reconociera la protección y regulación de la variedad.

En realidad, lo que se ha roto con el reconocimiento judicial de que el control sólo afecta al productor, ha sido la liberalización de la distribución y comercialización del mismo.

Control total de la distribución

Hasta el momento, el Club de Variedades Vegetales Protegidas intervenía en todo el proceso, desde el campo hasta las cadenas de distribución, comercialización y exportación, lo que garantizaba un control total del producto. A partir de ahora, sólo el agricultor necesitará la licencia o el pago de derechos al Club, mientras que los almacenistas podrán acudir al mercado de forma libre. Esta posibilidad, además, permite que los operadores tengan acceso a la producción de la "narcodott" que ya se cultivara con anterioridad a febrero de 2006 y que aún no tuviera licencia del Club.

El presidente de la Asociación de Operadores de Variedades Vegetales (Asovav) -organización creada para defender los intereses de los citricultores frente al Club- y responsable jurídico de AVA-Asaja, Rafael Grau, advierte de la "gran trascendencia" de la decisión judicial. "Es la caída del castillo de naipes, de la ficción de legalidad que el Club había diseñado para lucrarse de la explotación en exclusiva de esta mandarina".

Agricultores bajo presión judicial

El reconocimiento del CVVP permitirá en el futuro rebajar la presión judicial sobre los centenares de citricultores que tenían plantada la variedad narcodott antes de que Europa reconociera su protección y que aún no cuentan con la licencia del Club para su explotación, que se refiere, según el reglamento español, al material de reproducción -la plantación (los árboles) y no la cosecha (el fruto), según reconoce Asovav. Esta asociación entiende que toda la producción de narcodott plantada o injertada antes del registro y protección de la variedad es "plenamente legal".