El sistema financiero español está en plena efervescencia. A la par que se está diseñando en el seno de los distintos SIP constituidos por cajas en los últimos meses -como el que conforman Bancaja, Caja Madrid y otras cinco entidades o el de la CAM, Cajastur y las cajas de Cantabria y Extremadura- la conversión de los mismos en bancos, las entidades de ahorros buscan en el complejo mapa financiero compradores para el exceso de oficinas que se va a producir cuando se consumen esos procesos y que ya estaba ahí antes de iniciarlos.

Diversas fuentes financieras consultadas ayer por este diario afirmaron que los movimientos son múltiples. Aunque oficialmente lo negaron ayer sus respectivos portavoces oficiales, que coincidieron en afirmar que aún no se ha determinado en el seno de cada grupo de trabajo el número concreto y la ubicación de las sucursales a cerrar o vender, en el sector se asegura que tanto Bancaja como la CAM están ofreciendo a otras entidades en torno al centenar de oficinas de fuera de la Comunitat Valenciana. También se mencionan a las catalanas Catalunya Caixa y Unnim, las fusionadas Caja España y Caja Duero, de Castilla y León, Caixa Galicia, unida por la fuerza con Caixanova a instancias de la Xunta, y "alguna del sur" que bien podría ser la intervenida Cajasur, la entidad cordobesa adjudicada a la vasca BBK.

Durante los años de la bonanza económica, la expansión de las cajas fuera de su territorio natural se hizo en base a la apertura descontrolada de oficinas. Se llegó a un exceso. Los procesos de concentración que se han producido este año han dado lugar a uniones, como la gallega, la de las catalanas o la castellanoleonesa, donde se producen muchos solapamientos de sucursales. Es el caso también del SIP de Bancaja y Caja Madrid. Los sindicatos creen que la duplicidad de oficinas provocará el cierre de unas 120 en la Comunitat Valenciana.

En aras de la racionalidad y la búsqueda de rentabilidad, las cajas han puesto en venta sus redes sobrantes, tanto los inmuebles como los negocios que acogían. Se trata de recuperar liquidez en la medida de lo posible. Pero, como afirmaban las fuentes consultadas, no va a ser fácil, precisamente porque el mercado está saturado. Entidades extranjeras con no demasiada presencia en el país -aunque también se habla de otras que lo que buscan es vender sus cortas redes y marcharse- podrían estar interesadas en comprar, al igual que las cajas en mejor situación, pero la saturación y la competencia dan pie a pensar que al final serán más las que se cierren que las que se vendan.