Los principales grupos empresariales de presión de España, reunidos ayer en Valencia con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) como anfitriona, advirtieron de la necesidad de mantener la estabilidad política y alcanzar un pacto de Estado para acometer las reformas necesarias para superar la recesión. "Una crisis política y una creciente confrontación social no harían más que incrementar la confusión, posponer las soluciones necesarias, incrementar la desconfianza internacional en el futuro de nuestra economía y precipitarla en una profunda depresión", sostiene el documento conjunto suscrito por AVE, el Círculo de Economía de Cataluña, el Cercel d'Economía de Mallorca, el Círculo de Empresarios de Madrid, el de Galicia, la Institución Futuro de Navarra, el Observatorio Económico de Andalucía, y el Circulo de Empresarios Vascos.

Representantes de todas estas organizaciones (unos 200 empresarios en total) se reunieron ayer en un hotel de Valencia para celebrar el quinto encuentro "Economía y Sociedad" con el objetivo de analizar la coyuntura económica y política actual y lanzar un texto consensuado con una batería básica de propuestas. La necesidad de lograr "una gran pacto" por la modernización, la competitividad y la reactivación de la economía española fue la idea fundamental. Lejos de jalear la confrontación, este grupo de organizaciones empresariales aboga por buscar espacios de concertación. "O nos unimos y nos coordinamos todos o no habrá nada que hacer", advirtió el presidente de AVE, Francisco Pons. "No tiene sentido buscar culpables. Todos lo hemos sido en alguna medida", dice el escrito, que pese a todo no ahorra algunos párrafos muy críticos: "Nuestro país sufre la inercia y el apoltronamiento político, social, y empresarial, producto de un largo período de bonanza". Para superar la crisis y el "modelo económico del pasado" , la receta de estos grupos empresariales pasa por apostar por una reindustrialización de la economía española. La innovación, la búsqueda de cauces de financiación o la seguridad jurídica se citan como vías para lograrlo.

Pero en tiempos de vacas flacas no falta el mensaje de austeridad. El texto aboga por una reducción y reestructuración el gasto público y una racionalización del Estado del Bienestar (modernización digital, reforma sanitaria, copago en sanidad y universidades excepto para rentas bajas), prolongación de la vida laboral y período cotizado en materia de pensiones. En suma, un recorte que debe ir acompañado de una reforma de la Administración. "El debate no es si se gasta menos, sino si se gasta bien", aconsejó el ex ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, es su intervención como invitado. Entre la medidas, el documento considera "inaplazable" poner fin a la designación política de los altos cargos funcionariales de la estructura administrativa. Otras propuestas son: Establecer una política racional de salarios, contener los precios o promover la reinversión de beneficios; avanzar en la reforma laboral; reorientar la política energética o transformar el modelo educativo.