El catedrático de Análisis Económico de la Universitat de Valencia e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) Joaquín Maudos consideró ayer factible que la Generalitat tenga que emitir deuda pública para particulares a través de bonos como los de Cataluña, al ser la valenciana una de las comunidades autónomas más endeudadas. Maudos hizo estas manifestaciones antes de pronunciar una conferencia sobre los retos del sector bancario español en el seminario Situación, perspectivas y reestructuración del sector bancario español organizado por el IVIE y la Universitat de València.

El investigador recordó que Cataluña, Madrid y la Comunitat Valenciana son las autonomías más endeudadas a fecha de diciembre de 2009 y "es posible" que, si no obtienen financiación bancaria, tengan que recurrir a la emisión de bonos, como ya ha hecho la Administración catalana. Con el precedente de los bonos catalanes al 4,75% de interés, la siguiente comunidad autónoma que emita deuda pública lo hará "a un tipo muy elevado", pronosticó Maudos. El propio vicepresidente del Consell y conseller de Economía, Hacienda y Empleo, Gerardo Camps, ya afirmó hace unos días que la Generalitat no descartaba seguir los pasos de su homóloga catalana si persistían las dificultades de financiación en los mercados mayoristas.

Las administraciones autonómicas, especialmente aquellas que tienen un mayor nivel de endeudamiento baja calificación crediticia, están atravesando una difícil situación, entre otros motivos porque los mercados internacionales donde han logrado financiación hasta esta crisis se hallan en una situación de sequía, al igual que el crédito bancario. Ello ha obligado a algunas instituciones a realizar emisiones muy atractivas con el propósito de cubrirlas, aunque a largo plazo les resulten más onerosas. Por ejemplo, la Generalitat de Cataluña está ofreciendo en la citada y exitosa emisión un tipo de interés muy superior al del precio del dinero, que está en un 1%, e incluso al que muchas entidades financieras ofrecen con el propósito de mantener los depósitos o captarlos de otros bancos o cajas. Es la guerra del pasivo, en el que las administraciones públicas, como la catalana, parecen haber entrado de lleno.

El Gobierno presidido por Montilla ha hecho además una emisión dirigida a los particulares. De ahí lo de la denominación de bonos patrióticos. Los problemas en las arcas públicas están llevando a políticas inusuales hasta la fecha. Buena prueba de ello es la decisión de la Generalitat valenciana de poner a la venta las sedes de algunas conselleries o los terrenos donde iban a ubicarse los rascacielos de Santiago Calatrava para obtener un dinero que le permita cuadrar los presupuestos.