El juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional ha archivado la causa abierta contra el fundador de Astroc Mediterráneo, la inmobiliaria que fundó el empresario valenciano Enrique Bañuelos, por posibles delitos de maquinación para alterar el precio de las acciones -en plena burbuja inmobiliaria (años 2006 y 2007)-, así como de administración desleal mediante operaciones vinculadas entre esta firma y otras de su propiedad. La querella fue presentada por un grupo de accionistas minoritarios representados por el abogado Felipe Izquierdo, quien ya ha anunciado que recurrirá el auto firmado el pasado 16 de febrero.

A pesar del batacazo bursátil que sufrieron los títulos de la otrora firma cotizada en bolsa (las acciones salieron al parqué a poco más de 6 euros y llegaron a superar los 70 euros), la Audiencia Nacional fundamenta que "no pueden advertirse indicios suficientes de criminalidad contra el querellado", ya que "no se ha acreditado que bajo su dirección se hubiesen difundido noticias falsas, o empleado violencia, amenaza o engaño, o utilizado información privilegiada" con la finalidad de alterar la cotización de Astroc. El desplome de Astroc, junto con el concurso de acreedores de otra firma valenciana del sector inmobiliario -el grupo Llanera- marcaron los primeros indicios en España del inmediato pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

Bañuelos, que dejó la presidencia de Astroc y redujo al mínimo su participación en la compañía, también se le había imputado por ocultar estas operaciones a los accionistas, así como de alterar las cuentas de la empresa de 2006. Entre los días 12 y 24 de abril de 2007 la cotización de Astroc pasó desde 45,51 euros a 15,95%, es decir un 65%. La acción llegó a valer menos de dos euros, lo que arruinó a muchos inversores.

Satisfacción del empresario

Un portavoz de Veremonte, la nueva sociedad patrimonial de Bañuelos -ahora con negocios en Brasil en el sector de la vivienda, hostelero, medio ambiente y sanitario, entre otros- mostró ayer en declaraciones a este diario que el empresario valenciano se siente "satisfecho" y destacó que los informes periciales previos ya constataron que no hubo ninguna ilegalidad en la gestión de Astroc. Tras el descalabro bursátil esta firma se fusionó con otras inmobiliarias, que dio origen a Afirma, en la actualidad Quabit, controlada por Rayet y el grupo valenciano Crein.