Valencia fue ayer el centro de las reivindicaciones de un 1 de Mayo marcado este año por las «dramáticas» cifras de la última Encuesta de Población Activa (EPA) y por la reivindicación de un cambio en la «política de recortes» del Gobierno. Por primera vez el acto principal salió de Madrid para celebrarse en la capital de la comunidad que más empleo ha destruido en el último año, donde la tasa de paro está por encima de la media nacional y donde más de la mitad de los jóvenes están en paro. Y es que el alto número de parados fue el paradójico protagonista del Día Internacional del Trabajador.

«Hoy tenemos en España 4.910.200 razones más para reclamar soluciones alternativas», manifestó el secretario general de CC OO , Ignacio Fernández Toxo, durante su parlamento al final de la manifestación. Tanto él como su homólogo de UGT, Cándido Méndez, manifestaron que los datos de la EPA son el «máximo exponente del fracaso de la política de ajustes del Gobierno». Ambos centraron sus críticas en los recortes sociales y laborales aprobados durante el último año y apuntaron al «drama» por no haber un «discurso alternativo en la izquierda».

«Se cumple un año del giro de la política del Gobierno, de los recortes de la reforma laboral, y hoy podemos decir que desgraciadamente este camino lleva al fracaso a nuestra sociedad», dijo Méndez. Para ambos, las cifras de la EPA son la «mayor ratificación de las críticas vertidas» porque «el paro ha seguido creciendo y las contrataciones indefinidas han caído». «Los parados no caen de los árboles, son la consecuencia de esas políticas de ajuste», decía Toxo antes de iniciar la protesta.

Por todo ello, los representantes sindicales instaron al Gobierno a que «asuman que esta (reforma) es un error y una injusticia» e hicieron un llamamiento a la recogida de firmas para volver a poner sobre la mesa el debate de la reforma laboral. «El Parlamento tiene que volver a debatir sobre los derechos laborales para recuperar los derechos arrebatados con la reforma», dijo Toxo. Méndez se sumó a la propuesta.

El recorte de los derechos sociales, el elevado paro juvenil, la reforma de las pensiones, la reforma financiera y el pacto del euro también fueron ayer centro de las críticas de los sindicatos.

La cita en Valencia

Los máximos representantes sindicales se trasladaron a Valencia para liderar la cabecera de la manifestación, junto a sus homólogos valencianos, Paco Molina y Conrado Hernández, tras una pancarta con el lema «Ocupació amb dets. Contra les retallades socials». La marcha partió pasadas las 11.30 horas desde la plaza San Agustín y llegó hora y media después a la avenida Navarro Reverter, donde los representantes sindicales hicieron sus parlamentos.

Los secretarios generales de CC OO y UGT comenzaron señalando el cambio de escenario de este año. Según Toxo, «Valencia es hoy una expresión visible de la lucha de la clase obrera». Su homólogo de UGT recalcó que «el nivel de paro aquí (en la Comunitat Valenciana) está tres puntos por encima de la media del país», por lo que «esta otra manera de hacer política (refiriéndose al Partido Popular) que se refleja aquí es también impotente para luchar contra el paro».

Pese a todo, insistieron que el cambio de escenario se debe a una voluntad de descentralizar las actuaciones sindicales.

Miles de personas (20.000 según los manifestantes, 3.000 según la Policía Local y más de 8.000 según una empresa dedicada al cómputo de estos actos) participaron en una marcha que, no obstante, no notó el «tirón» de la presencia de los principales líderes sindicales ni el protagonismo de Valencia en los actos del Día Internacional del Trabajador. De hecho, durante el parlamento de Cándido Méndez (el último en hablar) apenas quedaban manifestantes que le escuchaban.

En la marcha, jóvenes e inmigrantes también quisieron alzar la voz con pancartas en las que se podía leer «Los estudiantes de hoy, los precarios de mañana», «Los inmigrantes también somos trabajadores». De hecho, los jóvenes estuvieron en el centro de las reivindicaciones sindicales. «Se les está arruinando su presente e hipotecando su futuro», dijo Ignacio F. Toxo.

Por otro lado, los sindicatos hicieron hincapié en que el «frenesí» actual para cerrar la negociación colectiva es «un error», ya que «la reforma no va a acabar con la crisis», sino que deberá haber una reforma financiera para recuperar el crédito para las familias, pymes y autónomos para reactivar la economía. «Hace un año la imposición ganó a la negociación, ahora debemos buscar una fórmula de equilibrio en la negociación colectiva», dijo Méndez.

«Vigilantes» tras el 22-M

En cuanto al futuro, Cándido Méndez alertó de que tras las elecciones locales y autonómicas «se puede poner en tela de juicio los servicios públicos» y apuntó que estarán en «vigilantes» a lo que ocurra. Asimismo, destacaron que la reforma financiera «va a hacer más mal y va a generar problemas» y que «el Pacto del Euro suscrito por el Gobierno puede dejar al margen de la recuperación a países como puede ser el caso de España».

A la marcha del 1 de Mayo no faltaron representantes del mundo de la política. El coordinador de IU, Cayo Lara, apuntó al arrancar la manifestación que «han fracasado las medidas de Zapatero para acabar con la crisis» y que es «urgente» que «rectifique su política y que se retire». Por su parte, el secretario general del PSPV, Jorge Alarte, llamó a la sociedad valenciana a «levantarse en favor del empleo» porque «el gobierno valenciano está paralizado».

Nuevo sistema para contar manifestantes

La ciudad de Valencia estrenó ayer un novedoso sistema de medición de concentraciones con motivo del 1 de Mayo. La agencia EFE contó con la colaboración de la empresa Lynce, especializada en el cómputo de masas, y cuyos datos tienen un margen de error al alza del 3%. Gracias a ello, el tradicional baile de cifras entre organizadores y policía pudo tener su mediador. Así, en lugar de los 20.000 manifestantes (según los sindicatos) o los 3.000 (según la policía), la cifra del manifestantes en el 1 de Mayo valenciano ascendió a, concretamente, 8.050 personas (8.292 contando el márgen de error).