El recrudecimiento de las dudas sobre el futuro económico de Grecia un año después de recibir la ayuda internacional y los rumores de que podría necesitar otro rescate de la UE o una reestructuración de sus obligaciones de pago, han vuelto a hacer mella en la economía española en un lunes negro. El Íbex 35 registró ayer el mayor descenso desde el pasado 18 de abril, con una caída del 2,02 % que arrastró el selectivo madrileño hasta los 10.396 puntos en la sexta jornada de caídas, mientras que el riesgo de país de España escaló hasta los 225 puntos respecto al "bund" alemán, cuando el pasado viernes estaba en 207 puntos básicos.

El Íbex profundizó la caída después de que la agencia de calificación Standard &Poor's rebajara el "rating" de Grecia y apuntara la posibilidad de que los inversores de sus bonos tengan que asumir una quita de hasta el 50 %. El parqué madrileño encabezó los números rojos de las plazas de toda Europa: París se dejó un 1,2 %; Francfort un 1 % y Londres un 0,5 %.

La subida de la prima de riesgo española, además, castigó especialmente a la cotización de la banca en la bolsa. Así, el BBVA se dejó un 3,01 %, pero también fueron importantes los retrocesos de Santander (-2,79 %), Sabadell (-2,64 %), y Bankinter (-2,6 %). Pero el llamado "riesgo país" no afectó en exclusiva a España, sino que se extendió a todas las naciones periféricas, ya que en Portugal alcanzaba los 660 puntos básicos, en Irlanda subía hasta los 723 y en Grecia se acercó a los 1.300 puntos respecto al bono alemán.

El recrudecimiento de las dudas por las nuevas condiciones de la ayuda financiera a Grecia acabará arrojando más presión sobre la deuda española en el corto plazo, según indicaron los expertos consultados, por lo que recomiendan al Gobierno proseguir con las reformas estructurales pendientes e incluso añadir nuevos recortes para aplacar a los inversores .

El investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y profesor de la Washington University, Michele Boldrin, no dudó en atribuir el "efecto contagio" en España a que "aquí sólo se han dado pasos en corto", en alusión a la reforma laboral y la de las pensiones. "No hay medidas para que la economía crezca, con lo que las perspectivas de España son horrorosas", indicó.

El profesor de Fedea incluso se atrevió a aventurar que después de los comicios, algunos ayuntamientos que cambien de signo político "descubrirán" deudas, préstamos y gastos no imputados por los gobiernos predecesores del color opuesto. "Esto podría hacer escalar la prima de riesgo", avisó.

Por su parte, el economista estadounidense Nouriel Roubini reconoció ayer en una entrevista concedida a "The Independent" ser más pesimista sobre la situación que atraviesa España que los mercados en general, quienes, en su opinión, están siendo "probablemente condescendientes" con el país a la hora de valorar las posibilidades que tiene para enfrentarse a nuevos problemas económicos.

Sin embargo, desde Berlín se defiende lo contrario. El Gobierno alemán destacó ayer que España ha adoptado un programa "muy estricto" de reformas económicas con el que se ha alejado sustancialmente de Grecia, Irlanda y Portugal, los países miembros de la eurozona que han recurrido al rescate europeo. El portavoz del Ministerio germano de Finanzas, Martin Kotthaus, aprovechó una comparecencia rutinaria para diferenciar países como España de otros Estados objeto "de preocupación".

También el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, insistió en que "está mucho mejor", algo por lo que "nos tenemos que felicitar". Por una parte, Almunia destacó que la economía española posee "más recursos y es más equilibrada"; por otra, señaló que el Gobierno español "está haciendo las reformas necesarias", por lo que "no ha hecho falta llegar al borde del precipicio".