­Cuando la nombraron directora general de CAM en sustitución de Roberto López Abad el pasado noviembre, muchos creyeron que se trataba de un cargo menor, que iba a tener unas facultades muy mermadas por el traspaso de todo el negocio de la caja al nuevo banco que se había creado junto a Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. Sin embargo, la ruptura de la alianza ha situado en manos de María Dolores Amorós el futuro de la que es la primera empresa de Alicante.

¿Fue un error escoger a Cajastur como socio?

Con el tiempo uno puede pensar que sí pero creo que en aquel momento se tomó la decisión adecuada. El consejo de administración de CAM valoró las posibles alternativas y consideró que el SIP permitía mantener nuestras señas de identidad, nuestro posicionamiento en las zonas naturales y que era una buena opción.

Cuando llegaron los problemas, desde el entorno de sus socios se dejó caer que se habían ocultado datos. ¿Ocurrió así?

En absoluto, es totalmente falso. CAM es una entidad cotizada desde 2008, es la única caja cotizada, con lo cual todavía está más sometida al escrutinio del mercado y a las exigencias de trasparencia, y sus estados y todos sus datos están sometidos a la CNMV y al Banco de España. Es implanteable pensar que se ocultaron datos. Además, desde septiembre estaban todas las facultades delegadas en la cabecera del grupo, en el banco, con lo que es difícil de creer que hubiera ninguna ocultación.

¿Por qué se dijo eso, entonces?

No me corresponde a mí juzgar las razones de por qué se dijo eso. Se puede interpretar que quizá era una forma de preparar una posible salida, como algunas personas han especulado, pero lo desconozco. De hecho, hubo una petición por parte de CAM al consejero delegado de defensa, no ya sólo de una de las socias, sino del grupo y se nos manifestó contundentemente que por supuesto, que mantenían su confianza y que nadie estaba detrás de esa campaña.

¿Cree que sus socios actuaron honestamente?

No cumplir los compromisos o no hacer todo lo posible por cumplirlos se podría considerar que no es del todo lo más ético o lo más honesto.

¿Cómo se explica que en septiembre pasado comunicaran a la CNMV una tasa de morosidad del 5,2% y en diciembre ésta ascendiera a un 8,7%?

El cierre de 31 de diciembre es consecuencia de que hay un SIP y por tanto se tienen que aplicar unas normas contables, que son las de combinación de negocio, en las que se ponen todos los activos y los pasivos de la entidad a un valor razonable. Las cuentas individuales de ese momento no son representativas. De hecho, CAM no cerró como grupo CAM ninguna cuenta consolidada, quien consolidaba era la cabecera del SIP, el banco. Para ello se siguió una política de máximo rigor en la clasificación de los activos y no necesariamente cuando se clasifica un activo como dudoso significa que esté impagado. Puede clasificarse como dudoso por razones subjetivas y aquí hubo una clasificación muy rigurosa para que el grupo naciera con toda la fortaleza y que todos sus posibles deterioros, ni tan siquiera reales en ese momento, estuvieran reconocidos.

¿Pero la tasa de morosidad era del 8,7% o no?

La tasa de morosidad o de dudosidad estaba, según los datos que se clasificaron, en ese 8,7%, pero simplemente como fruto de reclasificar, como medida preventiva y siguiendo las indicaciones de Banco Base, una serie de activos. En dudoso puedes tener operaciones que llevan impagadas tres meses, pero también operaciones al día pero que, por un efecto de arrastre, porque ese cliente tenga algún otro impago, arrastra todo a dudoso.

Tras la ruptura, ustedes optaron por presentar directamente una solicitud al FROB por importe de 2.800 millones de euros, a pesar de que muy probablemente supondrá la nacionalización de la caja, ¿por qué no intentaron primero otras alternativas?

Me gustaría poner en contexto qué significa eso de nacionalización porque puede haber una confusión. En estos momentos prácticamente todo el sector financiero en Europa, en especial en algunos países, está nacionalizado porque ha recibido ayudas públicas en forma de participación en el capital muy significativa. Ayudas transitorias que devolverán en el tiempo cumpliendo los planes que hayan tenido que presentar para su obtención. Es decir, nacionalización no supone para nada algo negativo de cara a los clientes y a la tranquilidad de sus ahorros: no es más que la participación del Estado o del sector público en el capital de una empresa.

¿Qué posibilidades existen de encontrar un socio privado antes de esa inyección de capital?

Creo que hay posibilidades reales tanto antes como después. Puede ser dentro de un mes como dentro de un año. ¿Por qué? Porque CAM tiene una serie de valores que son apreciados por potenciales socios inversores. Tenemos un valor de franquicia elevado, una red comercial con gente muy preparada, una tecnología a la vanguardia del sector que nos permite mejorar la gestión, y un posicionamiento en zonas muy importantes desde el punto de vista del crecimiento económico en nuestro país, donde están los sectores que serán los que primero saldrán de la crisis.

¿Se está cerca de un acuerdo con alguien?

Nunca se puede decir en este tipo de procesos cuan cerca o lejos se está de un acuerdo.

También ha insistido mucho en que la CAM «es viable en solitario», ¿en qué se basa?

En primer lugar, en los propios datos de CAM y en sus fundamentos en cuanto a generación de resultados, que es lo que hace viable en el medio y largo plazo a una empresa. En segundo lugar, hay otro dato objetivo, más allá de que yo lo diga, y es que no podríamos haber acudido a la obtención de ayudas públicas si no fuera una entidad viable. No está previsto que las entidades no viables puedan hacerlo.

Ayudaría a que la CAM mantuviera el control del futuro banco y que el FROB no consiguiera la mayoría...

Eso depende más de la valoración que se haga de la entidad a la hora de entrar cualquier socio, sea el FROB o sea otro. En cualquier caso, creo que la CAM está por encima de cuáles sean sus potenciales socios y en qué porcentaje. Es decir, su compromiso como catalizador del desarrollo local, con la sociedad, está por encima de los porcentajes de participación que pueda tener nadie. Porque cualquier socio de una entidad lo que quiere es su estabilidad y su viabilidad a largo plazo, que genere el beneficio necesario para retribuir la inversión y, por otro lado, en el caso de Caja Mediterráneo, contribuir al desarrollo a través de su Obra Social.

Pero, ¿lo más probable en estos momentos es que CAM pierda el control del negocio?

Para nada. Es una de las opciones que dependerá en su momento de cómo se estructure la operación y de las valoraciones que se den. No diría yo que es lo más probable, aunque tampoco lo puedo negar categóricamente.

¿A partir del traspaso del negocio al banco, la CAM tendrá que transformarse en una fundación?

No, gracias al cambio que se produce en la ley de Cajas de Ahorros el verano pasado, que permite que la caja como tal no modifique su naturaleza jurídica. Transfiere todos sus activos y pasivos a un banco pero la caja pervive exactamente igual.

En el caso de las desinversiones, ¿qué se va a vender?

Lo que se pretende es desinvertir en aquellos activos que ahora mismo no son claves en el negocio. Es decir, puede que en un momento dado una participación empresarial haya sido conveniente, que supusiera un colchón adicional de resultados, pero ahora no. Lo que no se contempla es una venta de red, si iba por ahí su pregunta. Se descarta vender una parte de la red.

El resto, la cartera empresarial, ¿está en venta?

En todo momento las participaciones empresariales de CAM han estado siempre en venta. Siempre puede haber una oportunidad.

¿Cómo les ha sentado el abandono que han sufrido por parte de la Generalitat en este proceso?

La Generalitat siempre ha sido muy respetuosa con las decisiones de los órganos de gobierno de la CAM. En todo momento ha respetado esas decisiones.

¿No han echado en falta más apoyo por parte del Consell?

La Generalitat siempre ha estado informada y ha respetado nuestras decisiones.

¿Arriesgó demasiado la CAM en el sector inmobiliario?

Yo creo que no, que no arriesgamos demasiado sino que fuimos un operador como todos los demás, que daba financiación y apoyo a un sector productivo muy importante en este país.

¿Se deberían asumir responsabilidades por la situación en la que se encuentra la CAM?

Creo que nadie tiene que asumir ninguna responsabilidad porque una responsabilidad hay que asumirla cuando hay actuaciones no ajustadas a las normas, al derecho, a la legislación, cuando hay actuaciones ilegales y ese no es el caso en absoluto de ninguna de las actuaciones de esta caja.