Ford garantiza el futuro de la factoría de Almussafes durante la próxima década. La multinacional norteamericana invertirá 812 millones de euros en la fábrica valenciana para producir en exclusiva en Europa los nuevos modelos Kuga y Transit Connect, una asignación que se enmarca dentro de la reestructuración en los planes de fabricación de la firma del óvalo en el Viejo Continente, cuyo objetivo es lanzar veinte nuevos modelos en los próximos tres años, según informó ayer en Valencia el presidente de Ford Europa, Stephen Odell. El anuncio de la compañía -la mayor inyección de capital de su historia en España y una de las principales inversiones industriales realizada en el país- supone un fuerte espaldarazo para Almussafes y su parque de proveedores en medio de la grave crisis económica porque despeja fantasmas de posibles deslocalizaciones de la firma del óvalo a otros países más baratos. Ford constata así los niveles de eficiencia y productividad de la planta valenciana frente a otras competidoras instaladas en Alemania, Rumanía, Turquía o Rumanía, que también recibirán nueva carga de trabajo.

El monovolumen Kuga comenzará a producirse a principios de 2012 y la furgoneta Transit Connect, a finales de ese año. "Generarán cientos de puestos de trabajo" en una plantilla de 6.244 empleados, aseguró Odell. El máximo responsable de Ford Europa no ha concretado los volumen de producción de ambos modelos, que se harán conjuntamente con el C-Max y sus versiones híbridas y eléctricas enchufables. Entonces podría recuperarse el tercer turno de trabajo, perdido en Almussafes en 2009 tras la caída de ventas en Europa, "aunque dependerá de la demanda del mercado", puntualizó Odell.

Previsiones

De los 812 millones de euros en esta inversión para Valencia, que ya auguró el pasado mes de marzo el presidente mundial y consejero delegado de Ford Motor Co, Alan Mulally, unos 230 millones se destinarán a la producción de la generación del Kuga y 582, para la Transit Connect. También continuará fabricando el motor EcoBoost 2.0 litros. Ford anunciaba los nuevos planes de producción en España en presencia del presidente de la Generalitat, Francisco Camps y del Ministro de Industria, Miguel Sebastián, entre otros altos cargos de la administración pública y dirigentes empresariales de la C. Valenciana.

En su intervención, Odell destacó la importancia de la planta valenciana en la estrategia de crecimiento europeo de Ford y concretó que tras haber "superado lo peor de la crisis económica como una empresa fuerte y rentable", en la actualidad "lo mejor aún está por venir tanto para Ford como para Valencia". Odell, quien el pasado lunes cenaba en el Palau de la Generalitat con la plana mayor de Ford, ha valorado las facilidades mostradas por los Gobiernos estatal y autonómico, así como el compromiso de sus máximos responsables a "ofrecer la mayor ayuda posible a los programas del Kuga y Transit, de acuerdo con los requisitos de la Unión Europea".

Ayudas del 11 % de la inversión

Esta adjudicación ha recibido el máximo de ayudas de las administración española compatibles con lo estipulado por la Unión Europa y pueden alcanzar en torno a un 11 % de la inversión total, es decir unos 80 millones de euros, según explicó el director de Fabricación de Ford España, Antonio Adés. Por otro lado, Odell puntualizó que las ventas de coches en el mercado automovilístico español tardarán un par de años en recuperarse y el presidente de Ford España, José Manuel Machado, estimó que el cierre del ejercicio de 2011 se saldará con unas ventas de de 970.000 unidades, entre turismos y comerciales, en todo el sector y que en 2015 se puede estar en el entorno de 1.450.000 unidades de ambos segmentos.

Alerta en la industria europea por la política arancelaria

El presidente de Ford-Europa reconoció que los desequilibrios arancelarios existentes entre los países emergentes -sobre de todo de India y China- y la UE en el sector de la automoción pueden poner en riesgo la industria del automóvil y el empleo. Odell sostiene que el libre comercio queda desvirtuado debido a los elevados aranceles que tienen que soportar los fabricantes de automóviles europeos para entrar en los países emergentes, frente a los menores costes que pagan estos para vender en Europa. Odell reclama el apoyo político de la UE para una actividad que da empleo a más de doce millones de personas. j. l. z. valencia