El conseller de Economía, Industria y Comercio, Enrique Verdeguer, demostró ayer que se ha incorporado al nuevo Ejecutivo autonómico cargado de buenas intenciones y dispuesto a pisar más de un callo si es necesario. En el que fue su primer desayuno con la prensa tras posesión del cargo y asentarse en su despacho de la Calle Colón, Verdeguer se atrevió incluso a mentar la bicha de poner en cuestión la rentabilidad de la Fórmula 1, cuya renovación negocian actualmente el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el patrón de la competición de motor Bernie Ecclestone. "Todo es revisable", insistió en varias ocasiones, incluso el Gran Premio de Europa si no supera el análisis de coste-beneficio que ayer anunció el conseller de Economía.

En los mismos términos se expresó al ser preguntado sobre el futuro el sector público (empresas y entidades públicas). El conseller es consciente de que el encargo recibido pasa por realizar un diagnóstico de la situación económica en la que se encuentran las 34 sociedades y entidades de derecho público. Su departamento hará la revisión de las estructuras actuales para su reordenación, "gestión más eficiente" y redimensión. La ejecución de las propuestas y el alcance del ajuste dependerá de la voluntad política del presidente de la Generalitat y de los consellers del ramo. No en balde, muchas de las empresas en las que Verdeguer y su secretario autonómico, Bruno Broseta, pondrán la lupa ni siquiera se ubican orgánicamente bajo sus competencias.

En cualquier caso, Verdeguer partió de la base, como justificando la gestión realizada hasta ahora, de que la coyuntura actual es radicalmente distinta a la de hace cuatro años y apostó por una racionalización del sector empresarial en la que no descartó "cerrar algo" y que los servicios puedan ser asumidos o integrados en otras sociedades e incluso privatizar servicios "atractivos para el sector privado". No obstante matizó que la privatización sería "algo muy, muy, excepcional".

En ese contexto de anuncio de gestión austera es donde Verdeguer respondió sobre los planes para Canal 9. El conseller admitió la necesidad de "revisar la dimensión actual" de la televisión pública, lastrada por el fuerte endeudamiento. El Consell tiene en el cajón desde hace meses un informe de Price Waterhouse que apuesta por un duro ajuste de Canal 9 que incluiría una reducción de hasta la mitad de la plantilla.

Sin embargo, Verdeguer trató de quitar presión sobre la soluciones de recorte de personal asegurando que en muchas empresas estos costes representan no más del 10 % de las partidas de gasto. Según su criterio, el ahorro puede llegar también del gasto corriente. Algo complicado en Canal 9 si se tiene en cuenta que, por ejemplo, hay compañías de taxis que no quieren prestar servicio a la cadena pública por los retrasos en los pagos.

En materia de industria, el titular de Economía avanzó que en septiembre presentará un paquete de medidas de reactivación económica que contará con dotación presupuestaria. De cara a 2012, el plan de Verdeguer es crear una convocatoria única de ayudas del Impiva (planes de competitividad) y el Ivex. No fusionará las dos entidades "porque es complicado" pero sí dijo que su proyecto es aunar las políticas de innovación e internacionalización. El Ivex ha asumido además las competencia de captación de inversiones extrajeras que tenía la extinta VCI.