­La CAM ya estaba tocada de muerte, desesperada buscando un socio que evitara su nacionalización y con las emisiones del Banco Central Europeo como única fuente de liquidez ante el cierre de los mercados internacionales por la crisis griega. Sin embargo, nada de esto impidió que la Generalitat volviera a echar mano de la caja alicantina para conseguir que le prestara 200 millones de euros tan sólo dos días antes de que el Banco de España y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) la intervinieran.

El Diario Oficial de la Comunitat (DOCV) publicó ayer la operación que se efectuó mediante una emisión de pagarés, con fecha del 20 de julio, por los que el Consell abonará un interés del 4,75% anual. El plazo de vencimiento será de tres meses, según la misma resolución. El interés es notablemente alto para una operación tan a corto plazo, lo que demuestra los problemas de la Generalitat para encontrar financiación en otros mercados, como el del papel Eurocomercial. En la última subasta de pagarés domésticos que recogen los boletines del Instituto Valenciano de Finanzas, celebrada en febrero de este año, el tipo de interés medio se situó en el 1,6 %. En apenas unos meses, la Generalitat ha tenido que pagar casi 315 puntos básicos más.

Tanto desde el IVF (emisor de los pagarés), como desde la propia entidad trataron de restar trascendencia al préstamo señalando que se trata de una operación habitual, de renovación de una emisión anterior, y que se venía negociando desde hace al menos tres semanas.

En este sentido, las fuentes consultadas señalaron que, efectivamente, los pagarés han servido para cubrir otra emisión que vencía y que la Generalitat, debido a su también complicada situación financiera, no podría hacer frente. La operación revela los problemas de liquidez y tesorería del Consell. En cualquier caso, señalan las citadas fuentes, la operación no incrementa el endeudamiento del Gobierno valenciano ni tampoco la suma del principal que éste debe a la CAM, aunque sí la de los intereses.

No obstante, la generosidad de la caja alicantina la administración autonómica contrasta con las dificultades que están teniendo otros clientes, como particulares y empresas que ven cerrado el grifo del crédito. La CAM es además una de las entidades que está condiconando la concesión de hipotecas a que estas sirvan para comprar pisos de su amplia cartera de inmuebles adjudicados por la crisis.

En cualquier caso, no es la primera ocasión en que la Generalitat recurre a la colocación de pagarés entre las entidades de la autonomía para hacer frente a sus problemas de liquidez. Destaca la emisión por importe de 1.000 millones de euros que realizó a finales de octubre del año pasado y que repartió, a partes iguales, entre la CAM y Bancaja. En aquella ocasión el interés ofrecido era el mismo, el 4,75% anual, pero el plazo de vencimiento se estableció en 18 meses.

El Consell también ha recurrido a créditos ordinarios, cuyo importe aumentó notablemente en el último año. El saldo total de créditos del año pasado ascendió a 505 millones de euros. Sólo con las tres operaciones citadas, la deuda total del Gobierno autonómico con la caja ahora nacionalizada ya supera los 1.200 millones de euros, aunque la cifra final podría ser superior.