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El saneamiento de la CAM no pasa únicamente por aflorar el mayor número de pérdidas posibles antes de su adjudicación, los nuevos gestores también quieren dejar el negocio en las mejores condiciones para hacerlo atractivo de cara a los futuros compradores. Por eso los administradores designados por el FROB han reforzado los controles sobre la red de sucursales y están presionando para mejorar las ventas de productos e incluso captar nuevos fondos que contrarresten la fuga de depósitos que se ha registrado en los últimos meses.

Así, entre las medidas puestas en marcha por Juan Antonio Iturriaga, Tomás González y el auditor Benicio Herranz está la exigencia de informes diarios a todos los directores de oficina sobre la evolución de la contratación de seguros, fondos, créditos y también sobre la marcha de los depósitos de clientes que antes sólo se pedían a determinadas sucursales. El objetivo es controlar de cerca la marcha de la actividad para tomar medidas que, como mínimo, eviten un mayor deterioro del balance, sobre todo teniendo en cuenta que el Estado se hará cargo de la mayoría de las pérdidas.

En este sentido, uno de los aspectos sobre los que se está haciendo mayor hincapié es en la captación de depósitos que alivien algo la falta de liquidez que sufre la entidad y que sólo se atenúa gracias a la línea de crédito de 3.000 millones que le otorgó el Banco de España tras la intervención del pasado mes de julio, según explican los propios trabajadores de la CAM. Así, a pesar de su delicada situación, la caja ha lanzado al mercado un depósito que ofrece un interés semestral que llega hasta el 5% para competir con las ofertas del resto de entidades.

La venta de seguros, a través de la alianza que mantiene con Caser, también se está potenciando a través de diversas campañas ya que se considera una de las actividades que mejor rentabilidad ofrecen en estos momentos.

Inversores descontentos

Además, la CAM comunicó ayer a la CNMV que finalmente abonará el cupón trimestral de los 850 millones de euros en participaciones preferentes que comercializó en 2009. Entre los inversores había serias dudas de que la entidad fuera a pagar estos intereses debido a su difícil situación financiera, unas dudas que se incrementaron cuando se dejó sin retribuir una emisión anterior.