Lars Heikensten, doctor en la Escuela de Economía de Estocolmo, tiene una historial con hondas raíces en la investigación, administraciones públicas y el mundo de la banca. Ha sido miembro del Tribunal de Cuentas Europeo y gobernador del Banco Central de Suecia, así como representante en el FMI o el consejo general del Banco Central Europeo (BCE), entre otros organismo internacionales. En declaraciones a Levante-EMV, poco antes de participar en una conferencia organizada por la Real Sociedad Económica Valenciana de Amigos del País, insiste y propone varios consejos ante la crisis económica: «Lo más importante para los Estados es ser transparentes en sus cuentas y en la situación financiera. Las entidades más débiles deben nacionalizarse para luego volver a privatizar». Y un tercer consejo, «es necesario actuar con más rapidez e impulsar nuevas reformas».

¿Cuál es su diagnóstico sobre la crisis económica que atraviesa Europa?

El problema se ha agravado en los últimos dos años por una falta de acción de la Unión Europea, pero también atribuible a los gobiernos nacionales. Si las medidas se hubieran tomado antes serían ahora menos costosas. Europa tiene una experiencia en resolver crisis financieras desde hace décadas. No es la primera. El FMI ha resuelto muchas y la actual no es más complicada ni difícil que otras. si bien define una particularidad: afecta a muchos países. Con todo, en 2008 no se hicieron auténticas pruebas de resistencia a la banca europea.

¿Qué recetas propone?

En Suecia tuvimos una crisis financiera en 1991 y 1992. No se produjo el fin del mundo cuando se nacionalizó la mitad de la banca, que luego fue reprivatización ningún problema. El Gobierno se gastó el 10 % del PIB en las operaciones para sanear la banca y no pasó nada. En cinco años se recuperó con la venta de las entidades.

¿Sirven ahora esas medidas?

Lo más importantes es actuar con rapidez. Si se hace esto la economía puede volver a crecer, la situación mejora y las viviendas vacías se venden tras la crisis inmobiliaria, como es el caso de España. Japón no hizo entonces los deberes y aún le dura la crisis financiera, con un claro estancamiento de su economía desde hace veinte años.

La recapitalización de la banca europea, ¿es una solución temporal?

Las recapitalización de la banca es una medida necesaria y urgente. Los Estados tienen que intervenir en el mínimo tiempo posible. Y si se nacionaliza una entidad venderlas lo antes posible en las mejores condiciones a los pocos año. Cuando el gobierno sueco dio dinero primero destituyó a los directivos y sus propietarios habían abandonado ya la gestión y el control del banco. El propietario original perdió todo. Era la condición para intervenir.

En España no ha pasado eso. Entidades que reciben ayudas o tienen graves problemas siguen con sus mismos gestores...

Es necesario apartar de la gestión de los bancos a directivos de entidades que hayan recibido dinero del Estado. Si esperas que los ciudadanos paguen con sus impuestos la recapitalización de los bancos entonces es necesario y lógico que los propietarios pierdan el control de los bancos.

Alemania presiona para elevar la quita a la deuda de Grecia. ¿Prevé una pronta solución de la crisis helena para evitar mayores contagios a otros países como España?

Grecia será incapaz de pagar su deuda. Estaba claro hace años y ahora más. Por tanto, no se si habrá que hacer una quita del 20%, 30% o 50%, pero el país no podrá pagar la totalidad de su deuda. Los que han comprado deuda griega, estados, particulares o bancos, van a perder dinero. La próxima vez serán más cuidadosos a la hora de invertir en Grecia. Tendrá un efecto pedagógico.

¿Por qué España es tan castigado por los mercados?

Por su deuda y debilidad económica. Las perspectivas de crecimiento son bajas. Parece que no podrá pagar la deuda. Es un problema semejante a Italia, aunque su situación fiscal es mejor.

Bruselas propone penas de cárcel para los banqueros que manipulen el mercado.

Cada cosa tiene su tiempo. Pienso que no es lo más importante ahora, pues ahora hay que resolver el problema de la deuda y de la falta de liquidez.