La dimisión de José Luis Olivas al frente de la vicepresidencia de Bankia ha abierto un pulso entre el Partido Popular valenciano y el presidente del banco Rodrigo Rato. El jefe del Consell, Alberto Fabra, se ha propuesto pelear por que el sustituto de Olivas sea una persona ligada a los intereses de la Comunitat Valenciana y capaz de mirar a la cara a Rato. Sin embargo, las jugosas condiciones del puesto han despertado las ambiciones de las distintas familias populares y ha desatado una serie de movimientos que debilitan una posición única y fuerte desde la Comunitat Valenciana.

La jaula de grillos en que se han convertido los cenáculos políticos valencianos (de los que está excluido un PSPV al que nadie ha consultado) cuenta con una baza nada desdeñable a la hora de mantener una posición negociadora. Como poseedora del 37 % del Banco Financiero y de Ahorros (matriz de Bankia), el consejo de administración de Bancaja tiene la potestad de designar al vicepresidente ejecutivo. Se da por hecho que el sustituto de Olivas no será alguien que no sea aceptado por Rato, pero del mismo modo este tampoco podrá imponer nombres, a no ser que el líder de los populares Mariano Rajoy haga una imposición, aunque Génova ha dado de momento potestad a Fabra para negociar nombres.

El acuerdo de fusión permite que el elegido sea una persona de fuera de la antigua caja. Sin embargo, los actuales responsables de la entidad creen que es una cuestión "de orgullo" que el sustituto de José Luis Olivas salga del actual consejo de administración. Se trata de una posición complicada. Las opciones de Antonio Tirado o Ángel Villanueva tienen en contra su cercanía al propio Olivas. La alternativa de José María Mas Millet es la que promueve el sector cristiano del PPCV que lidera el presidente de las Corts, Juan Cotino.

El jefe del Consell, Alberto Fabra, en línea con lo que le han trasladado dirigentes empresariales y algunos dirigentes de su partido en Valencia, prefiere un perfil distinto: Un persona de peso y reconocimiento profesional que sirva de interlocutor con el tejido productivo autonómico, conozca las peculiaridades locales y tenga capacidad de influencia. El ex presidente de la patronal Cierval, Rafael Ferrando, ahora en expectativa de destino, tiene en su haber que forma parte de consejo de Bancaja y del BFA. Pero en ámbitos empresariales se asegura que en ningún caso sería la persona idónea por su cuestionable capacidad para plantar cara a Rodrigo Rato a la hora de hacer valer el peso de Valencia.

Descartada la opción de Juan Costa por su cercanía Rato, en las últimas horas ha surgido también el nombre del ex vicepresidente del Consell y actual diputado en el Congreso, Gerardo Camps. Sin embargo, su condición de político profesional resta fuerza a su posible candidatura. Otros nombres menos ligados a la política que aparecen en las quinielas son el del exsecretario de Estado de Industria, Josep Manuel Serra Peris, actual consejero de Bankia y persona también cercana a Rato. Le avala su condición de valenciano, pero tiene en contra su escasa vinculación con el tejido empresarial valenciano. El abogado valenciano, Manuel Broseta, ha aparecido igualmente en las quinielas por su cercanía a los populares.

En cualquier caso, el escenario podría cambiar de forma radical su Rodrigo Rato opta por abandonar la presidencia de Bankia y asumir la vicepresidencia económica en el Ejecutivo que está conformando Mariano Rajoy. Este sería una señal de que la situación financiera de Bankia es muy delicada. La entidad ha sido incapaz de buscar una salida al Banco de Valencia, sobre el que tenía el control, y que ahora ha sido abandonado a su suerte para caer en manos de Banco de España.

El regreso de Rato a la política dejando en Bankia un equipo de confianza significaría que él mismo sería el encargado de pilotar una solución al banco surgido de la fusión entre Bancaja y Caja Madrid. En ámbitos madrileños se especula con una posible nueva fusión de Bankia con el BBVA o La Caixa.La vicepresidencia valenciana de Bankia adquiría entonces un valor distinto al actual. Podría ser el trampolín a la presidencia o diluirse en caso de fusión.

Un cargo muy apetecible

No es de extrañar que haya tantos pretendientes para ocupar la vicepresidencia de Bankia dejada vacante por José Luis Olivas. El cargo lleva aparejados unos emolumentos muy considerables. El presidente, el vicepresidente y el consejero delegado de la entidad se reparten al año 10,1 millones de euros. Es decir, el sucesor de Olivas podría ingresar anualmente unos tres millones. Al dinero hay que añadir la influencia, dado que el vicepresidente ejecutivo es también el encargado de las participadas del grupo y, mientras no las venda, Bankia posee paquetes en compañías españolas tan relevantes como Mapfre, Iberdrola, Indra, NH Hoteles o Iberia. j. c./v. r. valencia