El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, avanzó ayer que el Gobierno seguirá trabajando de manera «urgente» esta semana para aprobar nuevas medidas en el Consejo de Ministros del jueves, después del paquete de ajuste aprobado la semana pasada, que incluía un recorte del gasto de 8.900 millones y un aumento de ingresos de 6.200. Así lo señaló Montoro en la toma de posesión de los altos cargos del Ministerio de Hacienda, aunque en una conversación posterior con periodistas matizó que las nuevas medidas no serán de ajuste ni de recorte, sino que buscan desarrollar programas de gobierno en «distintos ámbitos» para que los ciudadanos y Europa vean que hay un Ejecutivo«con empuje, trabajo e iniciativa».

Montoro aseguró que el Gobierno mantiene la previsión de un déficit «en el entorno del 8 %» al cierre de 2011 €la previsión era cerrar el ejercicio con un 6%€, pese a que el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, dijo previamente que el saldo negativo puede superar ese umbral. «Hasta que no estén cerradas las cuentas no podemos adelantar más de lo que hemos adelantado», explicó Montoro, remarcando que «por tanto no hay cambios». De Guindos había afirmado que el déficit público previsto para 2011 podría incluso «pasar» del 8 %, aunque que «no mucho».

Más tarde, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, terciaba en la discusión y cifraba esa desviación en el 8,2 %, por lo que pronosticó que España deberá acometer un recorte de 38.000 millones para cumplir con el objetivo de reducir hasta el 4,4 % el déficit en 2012. Sin embargo, pese a la mayor desviación del déficit, Jorge Fernández aseguró que el Gobierno mantiene el compromiso de cerrar el 2012 con un déficit del 4,4%, tal y como demanda la UE.

El ministro de Economía, por otro lado, destacó que el contexto actual es muy complicado, con un crecimiento negativo en el último trimestre de 2011 y seguramente en el primero de 2012, unas comunidades con «dificultades enormes de liquidez y de pago», con un deterioro del mercado laboral y con un sistema financiero que necesita una reestructuración «adicional».

«Es una tarea que no es sencilla, que va a ser compleja y que va a requerir sacrificios, el Gobierno se los va a pedir a aquellos que tienen más capacidad, pero de ésta se sale», indicó De Guindos, quien destacó que las medidas adoptadas por el Ejecutivo son un «acto de responsabilidad», dado que comunicar un déficit del 8 % sin adaptar a la vez medidas hubiera llevado a la economía española a una situación «extremadamente difícil». Por ello, afirmó que, a pesar de que subir los impuestos «no ha sido un plato de gusto» para el Gobierno, constituye un acto de «responsabilidad» para evitar que la economía llegara a una situación «prácticamente imposible».

De Guindos añadió que si el Gobierno no hubiera adoptado estas medidas, se las hubieran «impuesto» sus socios europeos porque España «no está en condiciones en este momento de tener una desviación como la que se va a producir y no tomar medidas que vayan en la dirección de corregir esta desviación».

Sobre la posibilidad de que el Gobierno vaya a subir el IVA este año, confió en que no sea necesario, si bien admitió que España debe hablar de estas medidas con sus socios de la zona euro.