Los problemas económicos de la Generalitat valenciana se acumulan. La falta de liquidez, sumada a las dificultades crediticias y la acumulación de pagos pendientes, no sólo a proveedores, sino de las obligaciones contraídas, no dan descanso al conseller de Economía, Enrique Verdeguer, que hace tan sólo unos días vivió una situación complicada que finalmente se ha resuelto.

La Generalitat debía afrontar uno de los periódicos vencimientos de deuda que, según reconocía el conseller de Hacienda, José Manuel Vela, no le dejan dormir desde que accedió al cargo. Unos vencimientos que antes se resolvían con prórrogas o refinanciaciones prácticamente automáticas pero que desde el recrudecimiento de la crisis hay que afrontar.

En esta ocasión el vencimiento, por una cantidad de 123 millones de euros, se produjo con el Deutsche Bank. Por primera vez, la conselleria de Economía no tuvo disponibilidad para afrontarlo, por lo que en términos económicos se produjo una situación de «impago» que en la actualidad, según confirmaron ayer a Levante-EMV fuentes oficiales de la conselleria, «está resuelta». Al parecer, el citado «impago» se resolvió cinco días después. Aunque desde algunos medios se apuntaba ayer que se había activado un aval del Tesoro Público, el propio Ministerio de Economía, a través de un portavoz oficial desmintió tal intervención. La resolución del problema podría haber pasado por una refinanciación o por un pago aplazado.

Hoy el vicepresidente del ejecutivo autonómico, José Císcar, ha reafirmado esta información y ha negado que la Comunitat Valenciana haya sido rescatada financieramente por el Estado. En declaraciones a los periodistas, Císcar ha reiterado que "no hay ningún aval del Tesoro" y ha añadido que el pago al Deutsche Bank fue asumido con "los fondos propios de Generalitat a través de otros mecanismos financieros". Císcar ha reconocido, en respuesta a algunas de las informaciones aparecidas hoy en prensa, que "evidentemente" se matuvieron contactos con el ministerio de Economía, pero ha reiterado que nunca se produjo aval financiero.

El conseller de Hacienda, Jose Manuel Vela, también ha desmentido este extremo e incluso ha ido más allá afirmando que no se ha producido "ningún retraso" en la amortización del préstamo con la entidad Deutsche Bank. "No ha habido ningún rescate ni ha hecho concesión de aval por ningún sitio -ha insistido Vela-. Lo que ha habido es un vencimiento de una operación que había que pagar fecha tope el 3 de enero y se pagó ayer", ha sostenido. Vela reconoce que "la situación normal hubiera sido que se renovara", pero en la actualidad existe "un elevadísimmo porcentaje de operaciones que no se renuevan".

El retraso en el pago de un vencimiento de deuda de la Generalitat no se había producido nunca, según reconocieron fuentes consultadas. Hasta ahora, lo que se ha registrado en ocasiones aisladas han sido impagos por parte de algunas empresas públicas, resueltos por el propio Consell, que es el que actúa de avalista.

Los problemas de liquidez de la Generalitat no son nuevos, solo hay que recordar las dificultades encontradas para poder hacer frente al vencimiento de los bonos patrióticos emitidos en 2010 que vencían en diciembre del pasado año y que costaron la rebaja de la deuda a largo plazo de la Comunitat Valenciana a la categoría de «bono basura» por parte de la agencia de calificación crediticia Moody´s y a la de «grado especulativo» por parte de Standard & Poor´s.

El Gobierno central, entonces, decidió adelantar al día 20 de diciembre una transferencia de 480 millones de euros prevista para fin de mes, que daba liquidez a la Generalitat para afrontar la devolución de los 1.500 millones de los bonos mientras negociaba con varias entidades financieras líneas de crédito que finalmente se cerraron con CaixaBank, BBVA, Bankia, Sabadell e incluso el Instituto de Crédito Oficial (ICO) por un importe de 600 millones de euros.

Ante el fracaso de la última emisión de bonos —se colocaron 1.058 millones de los 1.800 previstos— y de las dificultades de financiación en los mercados, la Generalitat trata de negociar con la banca un acuerdo global para este año, ya que tiene que afrontar 2.066 millones de euros en deuda a largo plazo que ascienden hasta los 4.700 si se suman los instrumentos de financiación a corto y medio plazo.

Por otra parte, el propio presidente, Alberto Fabra, ha anunciado que presentará una propuesta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que se arbitre un sistema que garantice la colocación y renovación de la deuda autonómica durante la crisis. De hecho, en más de una ocasión, el propio conseller Vela ha defendido la necesidad de poner en marcha los denominados «hispanobonos».