La compañía valenciana Air Nostrum anunció ayer otro plan severo de ajustes en su estructura organizativa para hacer frente a la grave crisis económica, que incluye la paralización de quince de sus aviones (una cuarta parte de la flota) para suprimir este año la mayor parte de rutas deficitarias y conlleva una segunda medida de calado: la aplicación de un expediente de regulación de empleo (ERE) con vistas a recortar jornadas (alrededor de un 9 %) y salarios durante 2012. El consejero delegado de la firma de aviación regional, Carlos Bertomeu, justificaba la aplicación de "medidas contundentes" debido a sobrecostes de los carburantes, mientras caen los ingresos por pasajero, arrecia la "guerra de precios" entre las compañías del sector y avanza la depreciación del euro respecto al dólar, lo que dispara sus costes financieros.

Según Bertomeu, que no desveló los trayectos aéreos que tiene previsto suprimir, la empresa del grupo Nefinsa (familia Serratosa) tiene "muy avanzado el plan de reducción de rutas y que se ultimará en los próximos meses". Air Nostrum dejará en tierra la mitad de sus aviones de menor capacidad (50 plazas), que son lo menos rentables, mientras que mantendrá una flota total de 42 aviones frente a los 72 actuales. Eso permitirá disminuir pérdidas a lo largo de un ejercicio donde los ingresos medios por pasajeros ya son un 14,8 % inferiores en comparación con los de 2008.

Según los datos avanzados, Air Nostrum cierra 2011 con pérdidas después de impuestos de 10 millones de euros y más pasajeros (4,8 millones), aunque con una cifra de negocio de 545 millones de euros, un 26 % menos de lo previsto. Paralelamente, Air Nostrum quiere iniciar un proceso de negociación con sus 1.801 empleados para disminuir el salario y la jornada "en coherencia con la disminución de la producción y así evitar despidos", puntualizaba ayer el máximo ejecutivo de la compañía. En 2009 la reestructuración supuso la extinción de alrededor de una cuarta parte de la plantilla. Los trabajadores de Air Nostrum se reunirán la próxima semana con la empresa para negociar el ERE que afectará a varios departamentos de la aerolínea, según fuentes de UGT.

Base de Manises

Respecto a la posibilidad de trasladar la base a Bilbao, ya anunciada el pasado otoño, Bertomeu admitió que "se está analizando esa posibilidad" tras el desplome de los ingresos en la ruta Valencia-Madrid por que la mayoría son de tránsito y el descenso de la demanda en rutas transversales desde Manises. Air Nostrum, que invirtió 30 millones en su actual base, donde realiza mantenimiento de aeronaves y radica su sede, negocia su posible trasladado a hangares abandonados en Sondica. Ahora negocia condiciones con Aena, Gobierno Vasco y también habla con la Generalitat. Antes de verano lo decidirá.

"Otros aeropuertos pueden cerrar"

"Otros aeropuertos pueden cerrar este año en España". Así de contundente se expresaba ayer el máximo ejecutivo de Air Nostrum al reconocer el impacto de la supresión de rutas deficitarias por parte de la firma valenciana de aviación regional. Esta semana ha cerrado sus instalaciones el aeródromo de Badajoz, como meses antes lo han hecho el de Reus (hasta verano) y Ciudad Real. Sin duda, la pérdida de pasajeros y la falta de rentabilidad juega una mala pasada a los recintos de menor tamaño en España, donde opera Air Nostrum y otras firmas del sector, sobre todo compañías de bajo coste. Sin planes para operar en Castelló, Air Nostrum considera que este año será "muy difícil" para las sociedades del sector, donde también se mantendrá una guerra de precios. Respecto a Iberia Express, la filial de bajo de costes, Bertomeu reconoce que su puesta en marcha conllevará algunos cambios en su estrategia, si bien aquella firma se dirige sobre todo a rutas de alta densidad. La incorporación de aviones de mayor capacidad, el recorte de costes y abandono de rutas deficitarias permitieron a la aerolínea lograr en 2010 un beneficio de 18,3 millones de euros tras haber registrado 16,2 millones de pérdidas en 2009. Esa estrategia ahora se ha visto perjudicada por el encarecimiento de combustibles y la pérdida de ingresos, que Air Nostrum quiere paliar con sus nuevos ajustes. j. l. z. valencia