Las asambleas de Ruralcaja y Cajamar aprobaron ayer por unanimidad la ya anunciada fusión entre la segunda y la primera cooperativas de crédito españolas. Las dos entidades recibieron luz verde de sus máximos órganos de gobierno para la constitución de Cajas Rurales Unidas (CRU), la nueva cooperativa que debe empezar a funcionar entre mayo y junio y que se convertirá en la cabecera de los grupos que lideran cada una de las dos rurales: la valenciana, CRM, del que forman parte otras catorce entidades de la Comunitat Valenciana; la andaluza, el Grupo Cooperativo Cajamar, en el que, además de Canarias y Baleares, están integradas cinco valencianas y la ya absorbida Caja Campo. El director general de CRM y nuevo consejero delegado de CRU, Juan Antonio Gisbert, remarcó ayer que la nueva caja es un "modelo abierto" al que invitó a sumarse a otras rurales que "compartan la misma filosofía". Aunque precisó que ya ha habido alguna cooperativa de crédito que se ha interesado por el nuevo proyecto, otras fuentes del grupo consideran que todavía es pronto para que se produzcan incorporaciones a la nueva caja, aunque sí apuntaron que son inminentes la entrada en el valenciano CRM de las rurales de Vila-real y Vall d'Uixó.

Gisbert justificó el paso dado por Ruralcaja de aliarse con su principal competidora en que la valenciana es "muy pequeña" y está necesitada de ganar tamaño, una aspiración que sí le brinda Cajas Rurales Unidas, cuyos activos equivalen al 39 % del sector, a pesar de que el control del nuevo grupo estará en manos de la rural andaluza. Cajamar se reserva la presidencia, la vicepresidencia ejecutiva, la sede, que estará en Almería, y catorce de las veinte plazas del consejo rector. Valencia, además de la vicepresidencia que ostentará el presidente de Ruralcaja, Eduardo Ferrer, y del cargo de Gisbert, tendrá una subsede operativa en la que, según este último, se ubicará "una parte significativa" de los servicios centrales. Cajas Rurales Unidas mantendrá las marcas actuales en las redes de oficinas al menos hasta el 30 de junio de 2014. En la Comunitat Valenciana, la identidad será la de Ruralcaja, si bien se respetarán los acuerdos entre Cajamar y Caja Campo.

Ambas entidades han firmado un "acuerdo de garantías laborales" con sus respectivas secciones sindicales por el que se garantiza que "ningún trabajador perderá ningún tipo de derecho" y que la empresa no tomará ninguna decisión sin pactarla con los sindicatos. Así, ese protocolo establece que "nadie se va a ver mínimamente perjudicado como consecuencia de la fusión" ni "va a ganar menos de lo que ganaba antes", sino que se negociará un "calendario de homologación de condiciones" que beneficiará a los empleados de Ruralcaja, que cobran menos, informa Europa Press.