Los empresarios valencianos ultiman el relevo en la dirección general de Feria Valencia, que ocupa desde 2006 Carlos Vargas, quien, de esta forma, se haría responsable de la declinante marcha de la institución, incluidas las supuestas irregularidades detectadas en la gestión de los últimos años. Diversas fuentes empresariales consultadas por este diario aseguran que los dirigentes patronales acordaron la sustitución de Vargas con la alcaldesa de Valencia y presidenta del patronato ferial, Rita Barberá, y con el propio presidente de la institución, Alberto Catalá, como condición para darle su apoyo para su reelección, que se hizo efectiva el pasado mes de diciembre.

Los percepción empresarial de la trayectoria de Catalá y el resto de la cúpula ferial es pésima, como se puso de manifiesto en el último comité ejecutivo de la patronal provincial CEV, donde se alzaron voces contrarias al apoyo dado a la continuidad de Catalá. La decadencia que vive la institución, cuyo mayor ejemplo fue el despido de 106 trabajadores (un tercio del total) a principios de 2011, y el goteo de informaciones sobre los viajes y demás dispendios a cargo de la Feria de que han disfrutado Catalá, Vargas y el secretario general, Enrique Calomarde —el primero se fue de visita a Viena y Budapest con dos acompañantes, uno de los cuales era un cliente de su empresa, mientras se negociaba el ERE— han colmado la paciencia de los empresarios.

No obstante, teniendo en cuenta el apoyo sin fisuras de Barberá a Catalá y las explicaciones ofrecidas por el presidente ferial, que aseguró que son falsas todas las informaciones que le acusan de mala gestión, los empresarios optaron por evitar el enfrentamiento y conformarse, de momento, con pactar el relevo en la dirección. Las mencionadas fuentes afirman que es inminente el relevo, aunque no ha trascendido en ese ámbito quién sería la persona que sustituirá a Vargas. La intención de los patronos es situar en el cargo a un ejecutivo con conocimiento del mundo ferial. Y el propósito es consumarlo en breve para evitar sorpresas políticas en un puesto tan bien remunerado. Tal vez por esto último, hay empresarios del comité ejecutivo que dudan de que los patronos consigan su propósito y creen que al final serán Barberá o el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, quienes impondrán el nombre. En cualquier caso, estas fuentes insisten en la imperiosa necesidad de que el nuevo ejecutivo tenga experiencia ferial.

Si los empresarios logran su objetivo, no está, de todas formas, garantizada la continuidad de Catalá, sobre cuya presidencia se ciernen dos grandes nubarrones. Uno de ellos se deriva de la realidad que se encuentre el nuevo ejecutivo y si esta está en sintonía con lo que afirma Catalá. La segunda, seguramente la más relevante, es el futuro judicial de los actuales responsables feriales. El juzgado de Instrucción número 14 de Valencia ha admitido a trámite la querella de un exdirectivo contra la cúpula de la institución por supuestas irregularidades. La Fiscalía está investigando.

La institución pierde su primer pulso en los tribunales

El juzgado de Instrucción número 10 de Valencia ha archivado la querella que el pasado mes de septiembre Feria Valencia presentó contra un exdirectivo que previamente había presentado otra querella contra la cúpula de la institución por presuntas irregularidades en su gestión. La institución acusaba a ese exejecutivo de pretender cobrar medio millón de euros a cambio de no presentar la mencionada querella y de un supuesto delito de revelación de secretos por los documentos y datos aportados en su acción judicial sobre la gestión del presidente ferial, Alberto Catalá, el director general, Carlos Vargas, y el secretario, Enrique Calomarde. El juzgado, que inicialmente admitió a trámite la querella, ha decidido ahora archivarla tras un informe en ese sentido de la Fiscalía. j. c. valencia