La previsible caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,3 % en el último trimestre de 2011, recogida ayer en el informe del Banco de España, aventura un 2012 más complicado de lo esperado, en la línea de lo que aventuraban los últimos datos de entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Según el organismo que dirige Fernández Ordóñez, España se hundirá en una profunda recesión durante este año que llegará hasta el -1,5 % del PIB, a la que seguirán doce meses de modesta recuperación (0,2 %) en 2013.

Estas previsiones, sobre las que el Banco de España advierte que se han realizado sin tener detallado el presupuesto ni las previsibles nuevas medidas de ajuste fiscal tras la desviación en casi dos puntos del objetivo de déficit en 2011, avisan de un nuevo incremento de la tasa de paro para 2012, que podría alcanzar el 23,4 % al cierre del ejercicio -casi medio millón de desempleados más-, un porcentaje que aún podría ser mayor si la dureza del ajuste fiscal no se ve compensada con medidas complementarias para la creación de empleo.

Es decir, la cifra de desempleados podría alcanzar los 5.800.000 al finalizar este año si se termina confirmando la cifra de la EPA de 2011 que trasladó ayer el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al Comité Ejecutivo Nacional del PP: Entre 5.300.000 y 5.4000.000 parados.

Asímismo, las previsiones del Banco de España señalan que este aumento de casi dos puntos en la tasa de desempleo "iniciaría una modesta inflexión a la baja en el curso de 2013, cuando se reducirá al 23,3 %, es decir, sólo una décima menos. Por ello, el informe del organismo supervisor insiste en que "actuaciones más decididas en el ámbito de las reformas estructurales permitirían una reducción más rápida del desempleo y crearían condiciones más favorables para el crecimiento económico".

El Banco de España, en sus previsiones para este año y el próximo, pone el acento en el retroceso de la demanda nacional como consecuencia de un "fuerte descenso" de los componentes público y privado. De hecho, el gasto y el ahorro familiar continuarán describiendo una trayectoria a la baja muy condicionados por las políticas de austeridad impulsadas por el Gobierno -el retroceso del empleo y el aumento del IRPF son los principales factores-. Lo mismo sucederá con la inversión residencial y la inversión productiva privada, que al margen del debilitamiento de la demanda, se verán condicionadas por las duras condiciones financieras, que conforme ha ido pasando el tiempo, se han vuelto más restrictivas.

Por lo que respecta a las exportaciones, se espera un crecimiento, mientras que las importaciones disminuirán a causa del fuerte ajuste de la demanda nacional.

Respecto 2013, las proyecciones macroeconómicas del Banco de España apuntan a que aunque la recuperación sea muy moderada, habrá tasas positivas desde el primer trimestre, que permitirán un acercamiento al ritmo de crecimiento potencial.