Por causa de un supuesto desliz, el consejero delegado de La Caixa, Juan María Nin, rescató ayer la posibilidad de una fusión con Bankia, el banco participado por Bancaja y Caja Madrid, una opción que lleva semanas barajándose ante las nuevas exigencias de provisiones que ha anunciado el Gobierno y que auguran una inminente segunda fase de concentración. Esa eventual fusión fue el tema estrella de la rueda de prensa de ayer en Barcelona de presentación de resultados del grupo. Como ya había afirmado en días pasados, el presidente de La Caixa, Isidre Fainé, reiteró ayer sobre esa posible operación que "no estamos negociando con nadie, pero todo el mundo habla con todo el mundo. Estamos abiertos a todo, dentro y fuera de España". Asimismo, negó que estuviera recibiendo presiones desde el Gobierno y puso los límites a cualquier fusión: que La Caixa tuviera el control, desde Cataluña, y que se mantenga la obra social.

Precisamente fue esta última cuestión la que dio pie a diferentes interpretaciones, cuando Nin, en respuesta a una pregunta sobre esa operación, afirmó que, de consumarse, sería "factible" contar con una obra social más fuerte. "No sólo sería factible, sino que un grupo La Caixa más grande permitiría hacer más obra social; si somos más grandes, más carbón y más leña para la obra social. No sólo es compatible, sino deseable", concluyó. Al término de la comparecencia, Nin se apresuró a precisar que se había equivocado en su respuesta y que se refería a que cualquier operación que contribuya a hacer a La Caixa más grande será buena para el mantenimiento de la obra social. "Es una reflexión teórica, si eres más grande, más obra social puedes hacer; no tiene nada que ver con Bankia", finalizó.

Mientras, el consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, explicaba en una comunicación internadice a la que tuvo acceso Efe y dirigida a la plantilla, que es, y seguirá siendo, un grupo líder en el mercado bancario porque tiene los mecanismos suficientes para responder a las nuevas exigencias, capitalizarse, mantener una posición de solvencia y aprovechar todas las oportunidades que surjan para robustecerse. Es decir, que no necesita ser abosrbida por La Caixa ni por el BBVA, como se ha especulado.