Las tensiones internas en el grupo Bankia entre los dos principales socios de su matriz -Banco Financiero y de Ahorros (BFA)-, es decir, entre Bancaja y Caja Madrid, han estallado de forma estrepitosa hasta el punto de que el consejo del BFA ha acordado presentar ante la caja valenciana una carta en la que solicita una auditoría externa para clarificar las cuentas del grupo valenciano y determinar si se correspondieron con lo que declaró en el momento en que se constituyó el SIP de las dos y otras cinco cajas de ahorros de menor tamaño que fue el embrión de Bankia. Las fuentes consultadas aseguran que los acuerdos de integración establecían la posibilidad de recurrir a una auditoría para aclarar posibles discrepancias. Se trata de que un auditor externo vuelva a revisar las cuentas del grupo Bancaja y determine, como sospechan sus socios, que no recogían con fidelidad su situación real.

Banco de Valencia

Otras fuentes próximas a la entidad aseguran que la solicitud se refiere exclusivamente al Banco de Valencia, que Bancaja aportó (tenía el 39 %) a la fusión con Caja Madrid. Según esta versión, el BFA considera que ha habido un incumplimiento del acuerdo de integración porque el banco valenciano -intervenido por el Banco de España el 21 de noviembre- no vale en la actualidad (tiene pérdidas de 901 millones) lo que se dijo en la fusión.

El acuerdo se adoptó en la última reunión del consejo del BFA -el 7 de febrero- y finalmente contó con el visto bueno de cuatro de los seis consejeros que representan a la caja valenciana. Dos de ellos -el vicepresidente, Francisco Pons, y Antonio Tirado- no asistieron. De los cuatro restantes, tres (Ángel Villanueva, Rafael Ferrando y José Rafael García Fuster) apoyaron desde un primer momento la decisión, mientras que el cuarto, Remigio Pellicer, se resistió inicialmente, aunque al final claudicó.

La decisión es consecuencia de una serie de desencuentros entre las dos entidades predominantes que arrancan casi desde el principio y que tuvo su momento más tenso cuando la intervención del Banco de Valencia, en el que Bankia tiene un 27,5 %. Conforme el grupo fue avanzando en su integración, el presidente del mismo, Rodrigo Rato, y su equipo, procedente de Caja Madrid, fueron ratificando su impresión de que José Luis Olivas, presidente de Bancaja y obligado a dimitir como vicepresidente ejecutivo de Bankia, y su ejecutivos les habían engañado en el proceso negociador. Hace tiempo que es conocida la impresión de Rato de que Bancaja ganó en aquel proceso más peso del que realmente le correspondía. A este respecto, conviene mencionar que en la sede madrileña de Bankia está extendida una pésima impresión sobre la gestión que hizo Bancaja, demasiado expuesta al sector inmobiliario, y achacan a esta entidad una parte considerable de los problemas que tiene Bankia. Una percepción idéntica a la que tenían del Banco de Valencia, que también presidió Olivas. Bankia no hizo nada por evitar la caída del ahora intervenido banco.

Las fuentes consultadas aseguran que detrás de la decisión del arbitraje está la intención de Rato de compensar el exceso de peso que considera tiene Bancaja. Y es que la relación de fuerzas en Bankia va a cambiar en los próximos meses debido a que, para cumplir las nuevas exigencias de provisiones y capital del Gobierno, va a tener que convertir en capital varios miles de millones en participaciones preferentes. Esta operación dejará al BFA en minoría y reducirá el 52 % que Caja Madrid tiene ahora en la matriz de Bankia. Por tanto, según diversas fuentes, Rato pretendería reducir el 37 % que tiene Bancaja a favor de la madrileña, una intención de calado en un momento en que se avecinan fusiones en el sector.

Sin embargo, el proceso puede ser largo y, según algunas fuentes próximas a la caja valenciana, difícilmente se podrán variar las cuotas de cada uno de los socios. Lo cierto es que la caja valenciana ha perdido ya todas las parcelas de poder que tuvo tras la fusión y en estos momentos son directivos de Caja Madrid los que gobiernan el grupo. Lo que ayer nadie pudo aclarar es qué sucederá cuando se conozca el resultado de la auditoría. Olivas ha convocado un consejo de administración para el próximo martes.