El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha advertido este domingo de que los socialistas tienen que dar la batalla para desenmascarar las reformas ideológicas de la derecha, que pretende culpar a los trabajadores de la crisis económica y financiera.

Durante su discurso en la clausura del congreso de los socialistas gallegos, que han reelegido a Pachi Vázquez como secretario general con una nueva ejecutiva avalada por el 68 por ciento de los votos, Rubalcaba no ha hecho ninguna referencia a las manifestaciones de este domingo en protesta por la reforma laboral o a la huelga general del día 29.

Pero sí ha dejado claro que no es posible que haya una causa justa que no tenga a un socialista al lado defendiéndola.

Ha subrayado además que el PSOE no va a aceptar "jamás" la reforma laboral del Gobierno del PP, que incluye una propuesta "ignominiosa", consistente en que los padres acepten un despido barato para que sus hijos puedan tener un empleo precario.

La reforma laboral, ha insistido, pretende que los trabajadores elijan entre derechos y empleo, en una ecuación que recoge "lo peor de los dos mundos", porque supondrá menos derechos y más desempleo.

Se trata de una reforma "profundamente ideológica", "purita ideología", y profundamente antieconómica que, de acuerdo con sus augurios, "no va a funcionar", porque cuando se abarata el despido en plena recesión lo que va a haber son más despidos.

"Una reforma que nosotros no vamos a apoyar jamás", ha sentenciado, y se ha quejado de que "la única libertad que la derecha está dispuesta a ampliar sea la libertad de los empresarios para despedir a los trabajadores".

"No vamos a comprar esa mercancía ideológica de la derecha", ha advertido, convencido de que la derecha se ha olvidado ya de su idea de "refundar el capitalismo" para pasar a "atacar directamente a la socialdemocracia".

En este punto, ha insinuado que la derecha ha dejado de lado el hecho de que el origen de la crisis está en unos mercados completamente desregulados y ahora quiere hacer creer que "los culpables" son los trabajadores.

Para el PP, ha apuntado, los culpables son los trabajadores que luchan por salario digno, por una sanidad igual para todos o por la igualdad de oportunidades para sus hijos.

Y es que, de acuerdo con las palabras de Rubalcaba, cuando la derecha dice que "la fiesta se ha acabado" en realidad "pretende que paguen por la fiesta aquellos cuya única fiesta consistía en ver cómo llegaban a fin de mes".

Rubalcaba se ha opuesto tajantemente a que se culpe al Estado del bienestar, como la sanidad, la educación o las pensiones, de la situación actual, y ha llamado a sus compañeros a combatir las soluciones del PP.

Unas soluciones que la derecha presenta como "técnicas, inamovibles, absolutamente indiscutibles, como la ley de la gravedad", pero debajo de las cuales "se esconde ideología, ideología e ideología".

Casi tres meses después de la llegada de Mariano Rajoy al Gobierno, Rubalcaba ha considerado que realmente "las cosas han cambiado", pero ha sido para comprobar, por ejemplo, que han subido los impuestos a las clases medias y a los trabajadores.

"Todo es posible"

Por su parte, la portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, ha asegurado que la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy es "sumamente desequilibrada" y con ella "prácticamente todo es posible en la empresa con la sola voluntad del empresario".

En declaraciones a los medios previas a la manifestación contra la reforma laboral convocada por UGT y CCOO, Rodríguez ha puesto como ejemplo el "derecho de lactancia" y ha comentado "lo ridículo" que supone que el empresario sea "quien decida cómo se acumulan las horas o cómo se dan las tomas de biberón y de pecho".

Sobre la convocatoria de la huelga, Rodríguez ha subrayado que hasta el 29 de marzo "hay mucho tiempo" para que el Gobierno pueda desconvocar la huelga y ha expresado su confianza en que el Ejecutivo escuche la voz de la calle y paralice la convocatoria.

También ha insistido en que se trata de una "reforma sumamente desequilibrada" a favor del empresario, "quien incrementa de forma clara su poder dentro de la empresa".

Por ello, ha dicho que hay que "parar" la reforma "por ineficaz", porque "no va a contribuir a la salida de la crisis" y porque con ella la negociación colectiva está "herida de muerte".

Ha explicado que tiene un "enorme calado económico", va a suponer una rebaja indiscriminada de los salarios y el Gobierno, en su opinión, ha decidido "el peor camino para hacer un pacto de moderación de rentas".