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La maraña de sociedades tras las que se suelen ocultar o las mil y una formas que hay de contabilizarlos en los balances hacen muy difícil conocer el número exacto de inmuebles que una entidad posee como consecuencia de los embargos o las daciones en pago. Sin embargo, en el caso de la CAM la propia entidad se ha visto obligada a desvelar la cifra ante la solicitud de los miembros de la comisión de investigación que han creado las Cortes Valencianas para desentrañar los motivos que llevaron a la caja hasta su actual situación.

En total, según el balance remitido por los administradores del FROB al que ha tenido acceso este diario, la CAM y sus filiales acumulaban en el momento de su intervención 27.442 inmuebles fruto de la morosidad de sus clientes o de inversiones fallidas, más o menos los mismos que alberga una ciudad de tamaño medio como Elda o Alcoi. Su valor conjunto de tasación ascendía, según las mismas fuentes, a 4.799 millones de euros, aunque una vez aplicadas las provisiones y los descuentos que exige la normativa del Banco de España, su valor neto contable se reduce a 3.445 millones.

De ese total, alrededor de un 42% procede de la polémica filial Tenedora de Inversiones y Participaciones (TIP), la que el anterior director general Roberto López Abad y su equipo utilizaban para financiar los "pelotazos" a promotores, según los inspectores del Banco de España, y la que convirtieron en el particular "cementerio de elefantes" en el que ocultaban los desastrosos resultados de sus innumerables aventuras inmobiliarias.

Otro 52% de las viviendas y terrenos de la actual cartera son consecuencia de la actividad crediticia de la caja propiamente dicha, y el restante 6% corresponde a las inversiones en otras empresas del sector promotor que no forman parte del paquete agrupado bajo el paraguas de TIP.

Un reparto desigual

La información remitida a las Cortes Valencianas también ofrece una imagen clara de la distribución territorial de los inmuebles propiedad de la CAM a lo largo de toda España (ver mapa) y que, en términos generales, coincide con aquellas zonas del país donde la burbuja inmobiliaria fue más intensa: la costa mediterránea, los archipiélagos y Madrid y sus alrededores. Por el contrario, en las autonomías del interior y del norte de España, donde la actividad constructora fue mucho más comedida y las oportunidades de negocio más escasas, las casas acumuladas por la caja son pocas.

Como era de esperar casi la mitad del ladrillo que posee la CAM está en la Comunidad Valenciana, donde la entidad tiene su mayor cuota de mercado, pero también donde el furor constructor fue mayor. En total, la antigua caja alicantina es la titular de 12.081 inmuebles en la región. En segundo lugar, sin embargo, no se sitúa Murcia -considerado también un territorio "histórico" de la entidad y donde la CAM ha tenido que asumir importantes pufos, como el de Polaris World-, sino Cataluña, donde acumula 3.030 inmuebles.

En Andalucía suma otros 2.892 propiedades; 2.746 en Murcia; otras 2.283 en Castilla-La Mancha, donde su fracaso más sonado fueron los cinco bloques de viviendas que tuvo que quedarse de la macrourbanización que Francisco Hernando "El Pocero" levantó en Seseña; casi 1.200 inmuebles en Madrid; 923 en las islas Baleares y 783 en las Canarias. Las restantes diez comunidades y ciudades autónomas sólo suman, en comparación, 1.511 inmuebles.

Aunque en número la inmensa mayoría de los inmuebles de la CAM son viviendas, atendiendo a su valor más de una cuarta parte de sus propiedades (1.228 millones de euros) son suelos, lo que no es muy buena noticia teniendo en cuenta que se trata del activo inmobiliario que más se ha depreciado y que desde el pasado mes de febrero el Gobierno exige elevar su cobertura hasta el 80%.

Aproximadamente la mitad son terrenos urbanizados y el resto corresponde a solares todavía por desarrollar. Incluso hay 33 millones bajo el epígrafe de suelo rústico, no urbanizable, fruto de alguna operación especulativa como la que intentó la anterior cúpula de la CAM en la partida de Aguamarga de Alicante junto al polémico empresario Enrique Ortiz.

En cuanto a las 20.446 viviendas que la entidad y sus filiales tienen disponibles para la venta, 14.243 son pisos de segunda mano, mientras que 5.389 son casas nuevas, recibidas directamente de los promotores. Además tiene otras 814 viviendas en construcción.

Mal momento para vender

Pero quizás tan preocupante como la gran cantidad de activos que se adjudica la caja, son las dificultades para colocar estos inmuebles de nuevo en el mercado. Los datos facilitados por los actuales administradores de la entidad -cuya adjudicación definitiva al Banco Sabadell sigue pendiente de Bruselas- constatan que más de un tercio de todos los inmuebles de la cartera de la CAM llevan ya por lo menos dos años allí. La cifra aún sería peor de no ser por las más de 5.327 viviendas que se han desviado al mercado del alquiler con opción a compra y de las que no se dan datos sobre si están ya ocupadas o siguen vacías.