La firma consultora y auditora Deloitte, que aprobó sin salvedad alguna los estados financieros de Bankia de 2010 para su salida a bolsa, recomendó el debut de las acciones de esta entidad en el parqué a un valorsobrevalorado (se estrenaron a 3,75 euros por título) pese a reconocer en el folleto informativo de la oferta pública remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) "riesgos derivados de la falta de historia operativa y financiera de Bankia como grupo integrado por siete cajas y la "exposición al mercado inmobliario español" de su matriz Banco Financiero y Ahorro (BFA). En poco menos de un año la capitalización bursátil de Bankia ha caído casi a la mitad de su valor inicial, a pesar de que el banco de inversión estadounidense JP Morgan, que defendió el precio de la colocación, fue el gran valedor inicial de las acciones de Bankia.

La auditora que no ha querido firmar las cuentas formuladas por el consejo de administración de BFA correspondientes a 2011 destacó en su informe para la salida a bolsa de las acciones que el 45 % de la cartera crediticia del banco correspondían a préstamos hipotecarios, alertando también de las elevadas tasas de morosidad. Por otro lado, se advertía a la CNMV que la gravedad de la crisis económica (desempleo y precios de los activos inmobuliarios cada vez más bajos) "podría influir negativamente en los negocios, situación financiera y resultados del banco". Y puntualizaba que "existe el riesgo de que las valoraciones a las que se encuentran registrados estos activos en balance no correspondan con su valoración si se tuviesen que vender en la actualidad".

Participadas

También el folleto de información remitido a la CNMV en el verano de 2010 aborda el riesgo de Bankia "derivado de los sectores de actividad donde operarn sus sociedades participadas", altamente regulados como el energético, telecomunicaciones, financiero o de seguros. Ahí figuran las inversiones en Iberdrola, Mapfre o IAG (firma de transporte aéreo resultante de la fusión entre Iberia y British Airways). Y apuntó que el grupo bancario había adquirido participaciones en varias entidades financieras en los últimos años donde no puede asegurar que "sus adquisiciones vayan a desarrollarse según las expectativas", como así ha ocurrido a lo largo de este último año.

Los inversores dan la espalda a la entrada del Gobierno

Los inversores de Bankia han dado la espalda a la entrada del Estado en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), sociedad matriz de Bankia. Las acciones de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri cerraron ayer en 2,10 euros por título tras perder el 1,17 %. La caída de es mucho más moderada que la de sesiones anteriores, aunque en lo que va de año roza ya el 43 % y según los analistas tampoco muestra indicios que permitan averiguar cuándo tocarán suelo.

Desde julio de 2011, los ahorradores que confiaron en Bankia -unos 400.000 según reconoció el propio Rodrigo Rato en su carta de despedida- se enfrentan a la absoluta incertidumbre sobre el futuro de sus inversiones. En ese sentido, los analistas de JP Morgan destacan en su reciente informe que "los riesgos son demasiado elevados", entre otras cuestiones, por la incertidumbre sobre el grado de dilución para los accionistas que provocará la inyección en el capital de la entidad española. La firma estadounidense ha rebajado a la mitad el precio objetivo de Bankia, desde los 3,5 hasta los 1,7 euros por acción. Este precio se sitúa prácticamente un 25 % por debajo del cierre de ayer. Mientras tanto, el mercado daba el visto bueno a la nacionalización de la matriz de Bankia, lo que se ha visto reflejado en su cotización y en la de los grandes bancos del IBEX 35, que se revalorizaron casi el 6 %, como en el caso de Santander o BBVA, impulsados también por la aprobación de la nueva reforma financiera que hoy anunciará el Gobierno

Suspender la cotización

Por otro lado, la Asociación de accionistas de empresas cotizadas Aemec exigió ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que suspenda de forma inmediata la cotización de las acciones de Bankia, con el fin de evitar la "sangría" en la pérdida de valor de la entidad en Bolsa. Una suspensión que debería mantenerse hasta que se conozcan las intenciones del Gobierno.

Tranquilidad entre los clientes

Los clientes de Bankia reaccionaron ayer con calma y tranquilidad a la entrada del Estado como accionista, según se observaba ayer en las oficinas, según fuentes sindicales de UGT y Comisiones Obreras, lo que contrasta con el nerviosismo de los inversores, que hace caer la acción por quinto día consecutivo en el parqué bursátil.