El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) nombró ayer como administrador provisional del Banco de Valencia a José Vicente Morata, actual presidente de la Cámara de Comercio de Valencia. La decisión la adoptó la comisión gestora del organismo dependiente del Banco de España cuatro días después de que el pasado 21 de junio acordara aplazar la subasta del banco valenciano como consecuencia de la petición de rescate europeo de la banca española y decidiera proceder de forma inmediata a la suscripción de la ampliación de capital por mil millones. La decisión del FROB causó una enorme sorpresa ayer en Valencia tras hacer público a última hora de la tarde un comunicado en el que vinculaba el nombramiento a los acuerdos del día 21.

Con el propósito de «reforzar la gerencia» del Banco de Valencia, el citado organismo ha nombrado a Morata «como una de las personas que, en representación del FROB y conjuntamente con las ya designadas con anterioridad [José Manuel Oliver, Margarita Reyes y Fernando Viladomat], ejercerá las funciones de administración provisional». Además, el principal de los administradores provisionales de la entidad, José Antonio Iturriaga, ha sido nombrado director general del banco, un cargo que hasta la fecha desempeñaba el ejecutivo de la casa Víctor Beristain. Según el comunicado, «con estos nombramientos se refuerza el vínculo y la vocación de compromiso de Banco de Valencia con la sociedad y el tejido empresarial valenciano y se refuerza su estructura gerencial para afrontar este nuevo contexto en tanto se completa su proceso de reestructuración».

Pese a la responsabilidad que conlleva, Morata, según fuentes de su entorno —no quiso atender las llamadas de este diario—, va a continuar al frente de la cámara, así como del Consejo de Cámaras de Comercio de la Comunitat Valenciana y de la mutua Umivale, cuyo principal cliente es Mercadona. Y es que, según lo que él mismo transmitió ayer a las personas a las que comunicó su nombramiento, el cargo es ciertamente provisional. De alguna forma, podría interpretarse que ejercerá de presidente transitorio, dado que el FROB buscaba con su nombramiento «alguien institucional» y conectado con el tejido empresarial y la sociedad valenciana. No hay que olvidar que desde la intervención del banco el pasado 21 de noviembre la entidad ha sido víctima de una progresiva desafección por parte de su clientela tradicional.

La denuncia del FROB contra los anteriores gestores ante la Audiencia Nacional y las palabras del comisario europeo Joaquín Almunia indicando que podría ser liquidado a resultas del rescate español no han hecho más que agravar la situación del banco. De hecho, las declaraciones del exministro socialista han provocado en los últimos días una significativa fuga de depósitos.

El FROB tenía previsto que la subasta del Banco de Valencia —por el que se habían interesado, entre otros, el Popular, Santander y Banco Mare Nostrum— estuviera resuelta en la primera quincena de julio. El rescate de la banca española ha dado al traste con esas intenciones y el Gobierno ha decidido aplazar las pujas previstas, incluida la de CatalunyaCaixa. Así las cosas, en lugar de estar en breve en manos de un competidor, ahora se abre un período de incertidumbre que el FROB ha intentado subsanar nombrando a un director general con mando en plaza y en el día a día (Iturriaga) y a un administrador de corte institucional que mantenga el vínculo de la entidad con la sociedad valenciana, en la medida de lo posible (Morata).

Fuentes empresariales aseguran que la elección de este último es positiva porque puede ejercer como nexo de unión con las empresas, sobre todo pymes, en un momento de grandes dificultades financieras. También dejaron claro que el nombramiento tiene como fecha de caducidad el momento en que se clarifique el futuro del banco. En caso de que el ejercicio del cargo fuera permanente, los empresarios trasladarían a Morata la necesidad de que optara por abandonar alguna de sus responsabilidades.