El valor del parque de viviendas existente en la Comunitat Valenciana bajó de 581.429 millones de euros en 2008 a 534.218 millones en 2010. Este descenso de 47.211 millones se dio a pesar del aumento de la superficie total ocupada por este tipo de construcciones en la Comunitat, que subió de 357.277 metros cuadrados en 2008 a 365.423 en 2010 (2,3%).

Las cifras provienen de un estudio publicado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), que fue realizado por el profesor emérito de Universitat de València Ezequiel Uriel en colaboración con Carlos Albert, ambos, investigadores del Ivie.

A nivel nacional, el valor de las viviendas se devaluó en 360.000 millones durante el mismo periodo. Esto supuso un descenso de 6,8%, menor al que hubo en la Comunitat, donde se situó en un 8%. La depreciación del valor de las viviendas en general se debe a la caída de los precios de la edificación, que representa el 50,2% del precio total, y del suelo, que supone el 49,8%.

Para poder entenderlo mejor, en 2008 se necesitaban los salarios de todos los españoles por un periodo de 9,9 años para poder adquirir el stock de viviendas del país, que alcanzaba los 5,3 billones de euros. Hoy, se requerirían 9,7 años para poder pagar los 4,9 billones de euros que cuesta el parque de viviendas de España. En el año 2000, hubiera bastado con 5,8 años. De esta forma, los precios de la vivienda han pasado de un crecimiento anual medio de 12,8% a una reducción que se inició en 2008 con la crisis y que ya acumula un 9,2%.

El estudio también estima por primera vez el valor del conjunto de capital privado, que se ha multiplicado por cuatro desde 1990, pasando de 342.000 millones de euros a los 1,6 billones de 2009.

En la Comunitat Valenciana, el conjunto de las construcciones privadas no residenciales pasó de un valor de 22.200 millones de euros en 1990 a 125.800 millones en 2008. De este modo, la autonomía pasó del octavo al cuarto puesto en cuanto al valor de esta clase de edificaciones.

En el resto de España, Cataluña, Andalucía y Madrid fueron las comunidades con un peso más elevado en el valor total del stock de las construcciones no destinadas a vivienda.