Las medianas y grandes empresas del sector de la construcción atraviesan uno de sus peores momentos en esta larga crisis económica como consecuencia de la práctica paralización de la licitación de obras públicas y la promoción de viviendas, una situación que afecta de lleno a las principales firmas de ámbito nacional con negocios incluidos en la Comunitat Valenciana como los grupos ACS, FCC, Ferrovial o Acciona. Según un estudio que acaba de elaborar el sindicato CSI·F, un tercio de las constructoras —sobre todo locales— que operaban en 2007 ha desaparecido y una quinta parte se encuentra en concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos). Además, «las pequeñas empresas son las que más cierran», asegura este informe de la federación de construcción de la central sindical.

Las plantillas han perdido entre un 40 % y un 50 % de su personal y en el caso concreto de las grandes corporaciones, han pasado de un millar a quedarse en tan sólo 300 trabajadores, es decir un tercio menos. «Las compañías tienden a externalizar obra y recortar puestos de trabajo.

El personal indefinido —asegura el informe de CSI·F— tan sólo permanece en las sedes, así como en las áreas de mantenimiento imprescindible y por los comerciales que buscan nueva carga de trabajo para las mercantiles». La patronal valenciana de la construcción Fevec corroboró recientemente estas cifras de debacle empresarial al asegurar que la recesión ha cerrado no menos de cien firmas y el 80 % de la inmobiliarias de capital valenciano.

Salir al exterior

La solución que aplican ante esa coyuntura es la búsqueda de negocio en el exterior. «Las grandes sociedades ya tenían su departamento en el exterior pero las medianas no. Ahora lo están creando con varias personas que dominen diferentes idiomas y preparan ofertas para competir en otros países», explica el estudio de la organización sindical. Marruecos o Túnez, así como diferentes países del este de Europa, son algunos de los mercados con mejores perspectivas de negocio. Según datos que maneja Comisiones Obreras, entre 700 y 1.000 trabajadores valencianos se encuentran ocupados en los mencionados estados del norte de África. Así, la constructora y promotora alicantina Ecisa ha dado empleo a un millar de trabajadores en el Emirato de Qatar, aunque la mayoría de los empleados procedía de países asiáticos.

La búsqueda de otros mercados en el extranjero se acentúa desde el inicio de la crisis porque la administración se había encargado de intentar mantener al sector mediante la inversión en obra pública. De este modo, las licitaciones y posteriores adjudicaciones de obra civil en la Comunitat Valenciana evitaban que cientos de constructoras tuvieran que cerrar sus puertas. Con todo, el grifo de lo que parecía la financiación inagotable se ha cerrado y los fondos se han agotado.

A sus dificultades para encontrar crédito se une la morosidad de la administración, que puede llegar a tardar varios años a saldar su deuda.Las administraciones públicas y demás organismos públicos tienen facturas en sus cajones que suman cientos de millones de euros. De las 11.000 empresas desaparecidas por la crisis económica, unas 5.400 corresponden a la construcción en todo el territorio de España. Lejos de mejorar el panorama para el próximo año, todo parece indicar ser que seguirá con esta tendencia. Además, solo quedan 80.000 de los 250.000 empleos relacionados con la construcción en la Comunidad Valenciana, un número que puede sufrir más reducciones en los próximos ejercicios a la vista de la nueva recesión.