La sociedad que asumirá y gestionará los activos tóxicos de las entidades financieras españolas nacionalizadas, el llamado «banco malo» —cuya aprobación está prevista para el Consejo de Ministros del próximo viernes— deberá asumir unos bienes que la banca valora en 175.000 millones de euros. De esta cantidad, alrededor de una quinta parte (casi 32.000 millones de euros) son activos problemáticos ligados al sector del ladrillo del grupo Banco Financiero y de Ahorro (BFA-Bankia), la entidad que lidera este «ranking» en España al convertirse en la principal inmobiliaria del país con más de dos centenares de promotoras participadas por su capital.

En vísperas de que el Gobierno de Mariano Rajoy decida si limita la gestión del «banco malo» a los solares, pisos y casas sin vender , o bien los extienda a otros créditos tóxicos (de diferentes sectores empresariales y de particulares), la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, que ha ratificado a los nuevos consejeros tras el desembarco del FROB, afronta esta semana un período clave para su futuro. Sus activos problemáticos, que engloban los préstamos dudosos y subestándar y los activos adjudicados, representan un 60% del total de la cartera inmobiliaria al cierre de 2011, según los datos del Banco de España.

El Banco de Valencia, entidad financiera ahora gestionada por el FROB, elevó hasta 857 millones sus activos tóxicos hasta el pasado mes de junio, lo que supone un 30 % más respecto a idéntico período de tiempo de año anterior, según aseguró la firma a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Mientras tanto, tras la reciente integración de Banco CAM, el Sabadell cuenta actualmente con una cartera de inmuebles adjudicados de cerca de 10.500 millones de euros, la mitad de los cuales gozan de cobertura, por lo que la cartera neta es de 5.184 millones.

Lastre de las inmobiliarias

La cartera inmobiliaria más deteriorada entre las entidades nacionalizadas es la de BFA-Bankia, en proceso de concentración, y representa el principal lastre en la cartera de activos problemáticos del banco intervenido. La entidad presidida en 2011 por Rodrigo Rato destinó un total de 85.113 millones de euros en concepto de crédito para adquisición de vivienda, de los que 3.500 tenían carácter dudoso, si bien el grueso de la inversión tenía garantía hipotecarias. Entre otras promociones, BFA-Bankia participa en Inversiones Resorts Mediterráneos S.L. —donde la CAM (ahora integrada en el Sabadell) poseía el 29,49%— una sociedad con domicilio social en Murcia que se creó en abril del año pasado para absorber distintos complejos y promociones financiadas por estas cajas y que no se habían podido finalizar o estaban sin vender. Entre las firmas asociadas también figuran Deproinmed (de Alicante). En el exterior, BFA-Bankia cuenta con participaciones significativas en promotoras como Emeral Place (Florida) Evernd Invest Hungary (Budapest) o Playa Paraíso Maya y Proyectos y Desarrollos Hispanomexicanos (ambas en Cancún).

La matriz de Bankia, BFA, se quedó en sus activos (es decir, bienes y derechos), con el suelo adjudicado, la financiación de suelos en situación dudosa y la liquidez necesaria para hacer frente a sus obligaciones de pago. También se quedaron las acciones de Bankia hasta que la entidad salió a Bolsa. Bankia Hábitat ha logrado vender más de 2.400 inmuebles entre enero y junio de este año por valor de 230 millones de euros. La entidad, en su última campaña, ofreció 500 inmuebles ubicados por toda España con descuentos de entre el 40 % y el 60 % en sus precios.

El «banco malo» (que acumulará unas 700.000 viviendas) debe arrancar con una aportación del fondo de rescate de 30.000 millones de euros. Esta entidad que en breve pondrá en marcha el Ejecutivo central deberá absorber unas 400 promotoras para sanear la banca, de las que 225 son participadas por BFA-Bankia, 85 por Catalunya Caixa, 43 por Novagalicia Banco y 37, por Banco de Valencia. El FROB adquirirá esos activos para el «banco malo» a un «valor estimado» que estará determinado por los evaluadores, supervisado por Bruselas y el FMI. Según algunos expertos del mercado, esta valoración podría ser un 60 % inferior a la estimada por los balances de esas entidades.