El Gobierno de Japón estableció ayer la meta de abandonar la energía nuclear para la década de 2030, en un importante giro de su política energética en pleno debate sobre la seguridad de las centrales a raíz del accidente en Fukushima. Se trata de la primera ocasión en que la tercera economía mundial, que antes de la crisis nuclear obtenía casi un 30 % de su energía de las centrales atómicas, se marca el objetivo de lograr el apagón nuclear total en un futuro.

La decisión se tomó en una reunión ministerial que dio el visto bueno a una nueva política energética que pasa por no construir más reactores y reabrir solo aquellos que pasen estrictos controles de seguridad, antes de eliminar totalmente este tipo de energía. También se aplicará estrictamente la normativa que limita la vida operativa de los reactores nucleares a 40 años, según el contenido del nuevo plan, difundido por la agencia Kyodo.

Cierre en Francia

Por su parte, el presidente francés, François Hollande, expuso ayer sus prioridades medioambientales, que incluyen la "renovación térmica" de millones de hogares, la confirmación del cierre de la central nuclear más antigua del país y la candidatura de París para albergar la Cumbre del Clima en 2015.