España, Alemania, Francia e Italia han pedido dar más poderes a la UE para que intervenga sobre las cuentas nacionales si un Estado miembro se desvía de sus objetivos de déficit y poner en marcha un auténtico Fondo Monetario Europeo para afrontar futuras crisis de deuda.

Estas propuestas están contenidas en el informe de conclusiones del denominado grupo sobre el futuro de Europa, concluido este lunes en Varsovia, en el que han participado los ministros de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García Margallo; Alemania, Guido Westerwelle; Francia, Laurent Fabius; e Italia, Giulio Terzi.

También forman parte de este grupo los jefes de la diplomacia de Austria, Bélgica, Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, Polonia y Portugal. Sus ideas se remitirán ahora al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y al de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, como contribución al debate sobre cómo reforzar la unión monetaria.

Estos países reclaman "poderes de supervisión eficaces a nivel europeo con competencias concretas para las instituciones europeas para controlar los presupuestos y la aplicación de las políticas presupuestarias de los Estados miembros para garantizar que respeten sus compromisos de déficit y deuda".

No obstante, los miembros del grupo creen que debe respetarse en cualquier caso la responsabilidad de los Estados miembros sobre la composición de los presupuestos.

A cambio de este mayor control centralizado, los 11 países defienden "mecanismos adicionales de solidaridad europea". "Algunos miembros del grupo han sugerido pasos hacia una mutualización del riesgo soberano", por ejemplo con eurobonos, pero esta propuesta no ha logrado consenso.

En cambio, sí hay acuerdo sobre la necesidad de que "a medio plazo, la eurozona sea capaz de resolver posibles problemas en la unión económica y monetaria por sí misma". "Por ello, el mecanismo europeo de estabilidad debería desarrollarse más hasta convertirse en un 'Fondo Monetario Europeo' con poderes adecuados", agrega el documento de conclusiones.

Los ministros apoyan convertir al Banco Central Europeo en el supervisor único de la banca de la eurozona. Pero no hay consenso sobre la necesidad de crear un sistema común de garantía de depósitos y un instrumento de liquidación de entidades quebradas.

El grupo pide reforzar el servicio europeo de acción exterior y aumentar el número de decisiones por mayoría, en lugar de unanimidad, en este campo. También apuestan por impulsar una política de defensa, que para algunos miembros se acabaría traduciendo en un ejército europeo.

Para reforzar el carácter democrático de la Unión, los ministros proponen la elección directa del presidente de la Comisión, que debería tener poderes para nombrar personalmente a los miembros de su "Gobierno Europeo".