Caixa Ontinyent reducirá al mínimo legal la representación de sus órganos de gobierno, tal como establece la nueva normativa financiera. La única caja de ahorros valenciana que ha logrado mantenerse en solitario, tras la integración de Bancaja en Bankia y la absorción de la CAM por el Sabadell, aprovechará el nuevo proceso de renovación parcial que inicia en octubre y finaliza en enero para adecuar el tamaño de la asamblea general y del consejo de administración.

De los que 36 consejeros generales que cesan solo serán elegidos 22. La asamblea pasará de 72 a 58 miembros. A su vez el consejo de administración quedará reducido de 14 a diez miembros. De los siete consejeros que cesan solo se elegirán a tres. Entre los que cesan se encuentra el presidente Rafael Soriano, que termina su segundo mandado de seis años (encabeza la caja desde 2000).

No obstante todo indica que Soriano optará a un tercer mandato toda vez que cuenta con apoyos. Su designación depende del cupo de la Generalitat, que debe nombrar cinco consejeros generales. Fuentes financieras cercanas a Caixa Ontinyent destacan el "momento dulce" que vive Soriano. Caixa Ontinyent se ha salvado de la quema de las cajas valencianas gracias a que sorteó mejor la burbuja inmobiliaria. Cuenta con capital básico suficiente para evitar las fusiones. Dedicó el 83% de los resultados de 2011 a provisiones para cubrir el deterioro de activos inmobiliarios. El ejercicio se cerró con un beneficio bruto de 6,8 millones de euros, pero 5,7 millones se dedicaron a cumplir los requerimientos de saneamiento del sector financiero. El beneficio neto, después de impuestos, se redujo a 970.000 euros.

"No hay motivos para que Soriano no repita", dijeron las mismas fuentes en referencia al respaldo que debe recibir del Consell de Alberto Fabra.