Que la economía valenciana no es que esté en recesión, sino que roza la depresión no es una percepción ciudadana. Lo respaldan también las cifras estadísticas. El informe periódico de Comercio Exterior correspondiente al mes de julio señala que en lo que va de 2012 las importaciones se han desplomado un 9 % en la autonomía frente al 0,5 % del conjunto de España. El dato revela la debilidad de la demanda interna que está afectando al consumo ante la decisión de empresas y familias de ajustar al máximo sus gastos. La caída de las compras de productos extranjero fue especialmente significativa en julio, con un hundimiento del 16 % frente al crecimiento del 5 % a nivel nacional.

Este desplome del consumo sólo tiene una vertiente positiva, y es que el ligero crecimiento de las exportaciones ha permitido a la Comunitat Valenciana mejorar aún más su balanza comercial. La tasa de cobertura se sitúa ya en el 110 %, con un saldo positivo de 1.130 millones. Es la diferencia entre los que vendemos y compramos en el exterior.

En este capítulo, las provincias de Castelló y Alicante siguen presentando una evolución más positiva que Valencia. Las exportaciones de las dos primeras provincias crecieron un 2,9 % y un 10,1 % respectivamente, mientras que Valencia se apuntó una modesta mejora del 0,2 %.

El sector agroalimentario sigue siendo la principal fortaleza exportador valenciana, con un 22 % de cuota (2.680 millones de euros en los siete primeros meses del año) y un aumento del 6,7 %. Otro de los sectores estratégicos, el del automóvil con la factoría de Ford a la cabeza, registra un peor comportamiento, con una caída de las ventas del 19,9 % en lo que va de año.