El grupo automovilístico estadounidense Ford ha dado a conocer este jueves los detalles del plan de reestructuración para Europa, que supondrá el cierre de tres plantas (Southampton y Dagenham en Reino Unido y Genk en Bélgica) y la supresión de 6.200 empleos, el 13% de los efectivos de la filial europea.

El programa fija como objetivos que Ford Europa recupere la rentabilidad a mediados de esta década y que alcance a largo plazo un margen de entre el 6% y el 8%. Este año, la filial Europea perderá unos 1.500 millones de dólares (unos 1.154 millones de euros al cambio actual).

Además, la capacidad de producción en las fábricas europeas se reducirá en un 18%, lo que equivale a 335.000 vehículos, con lo que la empresa espera generar unos ahorros anuales de entre 450 y 500 millones de dólares (entre 346 y 385 millones de euros).

El plan de reestructuración contempla el cierre de tres plantas. Al cese de actividad en la factoría belga de Genk en 2014, anunciado este miércoles y que supondrá la pérdida de 4.300 empleos, se suma el cierre el próximo año de dos fábricas en Reino Unido: la de Southampton, donde se fabrica la furgoneta Transit, y la de estampación de Dagenham.

Los cierres de estas dos plantas en Reino Unido supondrán la pérdida de 1.400 puestos de trabajo. Además, Ford anunció previamente la eliminación de 500 puestos administrativos. En total, la empresa eliminará 6.200 puestos de trabajo, el 13% de su plantilla europea.

Anoche, empleados de la planta belga provocaron algunos incidentes en la factoría e incluso llegaron a incendiar un coche.

La repercusión en Almussafes

La reorganización de las operaciones productivas beneficiará a la planta valenciana de Almussafes, que recibirá en 2014 la nueva generación de los modelos Mondeo, S-MAX y Galaxy, fabricados hasta ahora en Bélgica. Como contrapartida, Almussafes, que ha recibido recientemente la adjudicación del Kuga y del Transit Connect, perdería los monovolúmenes C-MAX y Grand C-MAX, que se trasladarían a Saarlouis.

La producción de la furgoneta Transit, realizada hasta ahora en Southampton, se trasladará a Turquía. Reino Unido se convertirá en una base para el desarrollo y producción de motores. Así, la planta de motores de Dagenham empezará a fabricar en 2016 una nueva familia de propulsores diésel, desarrollados en el centro técnico de Dunton. Por su parte, Bridgend recibirá inversiones para seguir fabricando elevados volúmenes de motores de gasolina.

Otras medidas

Otras medidas incluidas en el plan son reducir el ritmo de producción de las plantas, acortar la duración de las jornadas y aplicar paros de fabricación, así como reducir los 'stocks'. Esta disminución de inventarios supondrá un coste de 400 millones de dólares (307 millones de euros), a los que se suman otros cien millones de dólares (77 millones de euros) de las medidas en las fábricas.

En otro orden de cosas, el plan de reestructuración contempla el lanzamiento de 15 nuevos modelos en cinco años (entre los que se incluyen los nuevos Kuga y Transit Connect fabricados en Almussafes), y el refuerzo de la imagen de marca.

El presidente de Ford, Alan Mulally, reconoció el impacto que todas estas medidas tendrán en muchos empleados y en sus familias, y se comprometió a trabajar conjuntamente con las partes implicadas "durante la necesaria transformación del negocio".