El Banco de Valencia consumó ayer la venta a Banco Madrid de la sociedad de valores Nordkapp Inversiones, lo que en la práctica supone otra vuelta de tuerca al sector financiero valenciano, prácticamente desguazado desde que se inició la crisis económica. Tanto la entidad perteneciente al Grupo Banca Privada d'Andorra como el nacionalizado banco valenciano se negaron ayer a hacer público el importe de la operación, si bien otras fuentes consultadas por este diario estiman que la antigua filial de Bancaja podría haber ingresado entre cinco y seis millones de euros por el 98,8 % que mantenía en Nordkapp, una cantidad en la que va incluida la tesorería que tenía la firma. El 1,2 % restante seguía en manos del fundador de la sociedad de valores, Enrique Lucas Romaní, quien, tras vender su participación a Banco Madrid, seguirá trabajando para su antigua empresa aunque ya no como socio.

El capital social de Nordkapp está integrado por 16,35 millones de acciones de un euro de valor nominal cada una de ellas. En diciembre de 2011, por un 96,32 % de la sociedad de valores, el Banco de Valencia tenía anotado en libros un valor de 16,7 millones. Las fuentes consultadas aseguran que la venta ha sido un éxito para la entidad dirigida por José Antonio Iturriaga, a pesar de que a primera vista la cantidad ingresada sea muy inferior a su valor contable. Por un lado, está la evidencia de que el agravamiento de la crisis en el sector financiero había deteriorado la marcha de la compañía. De hecho, la auditoría de la misma correspondiente a 2011 ponía de manifiesto que había registrado unas pérdidas de 2,5 millones de euros, frente a los beneficios de 65.441 del ejercicio precedente. Además, aunque no ha obtenido plusvalías con la operación, sí ha conseguido desprenderse de esta participación empresarial en un momento determinante para le futuro del banco controlado por el FROB.

La venta de participadas es uno de los requisitos exigidos por el Gobierno a la entidad, que precisa unos saneamientos de 3.400 millones. Aunque todo indica que el Ejecutivo, presionado por sus socios europeos, a la postre paganos de la recapitalización bancaria española, se plantea una liquidación ordenada del banco, sus actuales gestores trabajan con la perspectiva de que podrá salvarse y ser vendido en subasta a un competidor. Así las cosas, en un contexto de extrema desconfianza y de cierta parálisis en el sector financiero, encontrar un comprador para Nordkapp ha sido una buena noticia.

Además, se da la circunstancia de que el Banco de Valencia no hizo desembolso monetario alguno a la hora de ir incrementando su participación en la sociedad de valores, dado que los pagos los efectuó mediante su autocartera. El más perjudicado, por tanto, ha sido Lucas, quien cobró por sus títulos en Nordkapp con acciones del Banco de Valencia que unos años después se derrumbaron. Por poner un ejemplo, en 2003, cuando el banco tomó un primer paquete en la sociedad de valores (un 15 %), los títulos de la entidad financiera estaban en torno a los 3,7 euros (en 2006 llegaron incluso a los 9,4), cuando ahora cotizan a 0,17.

Banco Madrid, según las fuentes consultadas, ha hecho una buena operación, dado que Nordkapp administra y gestiona un patrimonio total de 600 millones de euros entre más de 1.000 clientes particulares e institucionales. Con oficinas en Valencia, Pamplona y Madrid, el grupo valenciano gestiona 60 instituciones de inversión colectiva entre fondos y sicav. De hecho, tal como informó Banco Madrid, la adquisición le va a permitir elevar en un 50 % el tamaño de sus activos bajo gestión y duplicar su patrimonio gestionado en carteras, fondos y sicavs. Respecto a estas últimas, Banco Madrid ocupaba la posición 19 del escalafón nacional con un total de 40 y Nordkapp, con 30, estabas dos puestos por debajo. La suma de ambas coloca a la primera en el lugar número trece.