La Real Sociedad Económica de Amigos del País (RSEAP), entidad fundadora de Bancaja, ha decidido que no formará parte del patronato que regirá la futura fundación de carácter especial en que la antigua entidad de ahorros se convertirá automáticamente el próximo 27 de noviembre. Los estatutos de la nueva fundación no han sido aprobados aún en su redacción definitiva, pero el consejo de Bancaja ya debatió sobre ellos y han sido negociados con la Generalitat. Para evitar la posibilidad de que la asamblea de la caja los rechazara y, por consiguiente, se opusiera también a la conversión en fundación, los gestores de la entidad presidida por José María Mas Millet decidieron permitir la presencia en el patronato de cinco representantes de los grupos de impositores, empleados y entidad fundadora durante un período máximo de entre tres y cinco años, aunque la cifra concreta no se ha llegado a cerrar.

La salida de representantes de impositores y empleados del futuro patronato tenía su lógica en tanto en cuanto la entidad ya no tiene clientes y apenas trabajadores. Más problemático era dejar fuera a la entidad fundadora, una institución con más de dos siglos de existencia e integrada en su mayoría por personas de la cultura, la economía y el ámbito académico, aunque, eso sí, tradicionalmente próxima a los socialistas.

La Económica [ver en esta página el artículo de su director, Francisco Oltra, consejero de Bancaja durante muchos años] considera, entro otros motivos, que es "incalificable" que se la haya incluido en ese grupo de patronos que solo podrán tener representación durante un máximo de cinco años, dado que "la entidad fundadora representa la legitimidad histórica al ser la nueva fundación heredera directa de Bancaja". Además, asegura que a la hora de diseñar el nuevo patronato se han seguido los mismos criterios que se aplicaron para elegir a los órganos de gobierno de la caja y que la han llevado a la "ruina", es decir representantes de "intereses políticos" en su mayoría. Así las cosas, la Económica ha decidido no formar parte del patronato.

Ayer entró en vigor la ley de reestructuración financiera, que establece un plazo de cinco meses para que las cajas que ha dejado de serlo se conviertan automáticamente en fundación. Bancaja -al igual que Caja Madrid- entrará en esa situación, como ha quedado dicho, el 27 de noviembre y la Generalitat tendrá que nombrar una gestora que se haga cargo de la entidad con el propósito de aprobar definitivamente los nuevos estatutos y designar al patronato. La Generalitat ya ha dicho que retomará el texto casi cerrado que tiene Bancaja y que no lo tocará, aunque la disolución de la caja y de sus órganos de gobierno evita la celebración de una asamblea, que era el motivo para dar representación temporal a la Económica, los impositores y los empleados. La caja prevé celebrar antes del día 27 la última reunión de su consejo.