Ford Motor Company todavía no ha pronunciado su última palabra sobre el futuro de la factoría de Genk (Bélgica). El presidente de Ford Europa, Stephen Odell, asegura ahora que "hay empresas interesadas por mantener el uso de estas infraestructuras" y que la decisión de desmantelar aquella planta en 2014 -anunciada el pasado mes de octubre- sigue "en fase de consulta y Ford está dispuesta a discutir el futuro industrial" de Genk con otros fabricantes.

Las declaraciones del máximo ejecutivo de la multinacional del óvalo en el Viejo Continente, realizadas en una entrevista publicada por el diario belga L'Echo, podrían alterar el programa de reestructuración de sus operaciones en Europa. La firma automovilística pretende también cerrar dos fábricas en Reino Unido ante las gra?ves pérdidas y su exceso de pro?ducción de vehículos ante la crisis económica y el consiguiente desplome de ventas. El desmantelamiento de Genk supondría el traslado de los modelos Mondeo, S-Max y Galaxy -producidos hasta ahora en la planta belga- hasta Almussafes.

Odell no ha desvelado con qué otras firmas o empresas del sector auxiliar del automóvil está negociando Ford de cara a mantener el "uso industrial de las instalaciones de Genk". Además, deja claro que hasta finales de 2014 se seguirá con la producción de los citados modelos de automóviles y la plantilla de 4.300 trabajadores directos.

El principal responsable de Ford Europa también destaca que la di?rección de la multinacional "tiene interés por llegar a un acuerdo social con la plantilla". Por eso de?termina un plazo de tiempo de entre cuatro y seis meses para alcanzar un pacto con los sindicatos. "Es mejor tener un acuerdo con los sindicatos antes de anunciar cualquier cosa", puntualiza Odell. Desde el cuartel general de Ford Europa, con sede en Colonia, también se recuerda que la empresa ha plan?teado el mantenimiento de la actividad en Genk durante dos años más y destaca que la corporación es consciente de las implicaciones del cierre de esta planta, aunque no la da por seguro a la espera de la negociación que mantiene abierta con los sindicatos y el Gobierno belga.

Odell reconoce además que "las autoridades locales y el Ejecutivo flamenco han hecho mucho por la empresa y sus trabajadores. Somos conscientes de ello y de las implicaciones del cierre. Asumimos nuestras responsabilidades. Éste es el mensaje", puntualizó. Las declaraciones del responsable de Ford Europa se produjeron el mismo día en que la planta de Genk reanuda sus actividades, tal como estaba previsto, por primera vez después del anunci o del cierre. La planta ha mantenido una reducción de producción al igual que otros centros por la caída de ventas.

Los planes de reestructuración de Ford Europa contemplan recortar la producción en un 20 % durante los próximos dos años en sus plantas por la actual caída de ventas en toda la UE, según anunció el pasado mes de octubre. Entonces, también Ford comentó que "la producción del monovolumen C-Max puede ser trasladada de Valencia a Saarlouis (Alemania) desde el año 2014 tras ulteriores estudios". Los nuevos encargos podrían proporcionar 1.200 empleos directos y unos 4.500 a los proveedoes.

"Nuestro interés y el de los trabajadores es llegar a un acuerdo". Con esta frase, el ejecutivo de Ford abre una ronda de consultas durante medio año con los sindicatos de Genk cuyo resultado será clave para despejar el futuro de estas instalaciones. Odell anuncia que existen posibles compradores para esa factoría; es decir, otras marcas que podrían tener interés en mantener abierto el centro. Con todo, si otro fabricante puede hacer rentable la factoría también Ford podría lograrlo. La clave reside en la posibilidad de alcanzar un acuerdo de flexibilidad laboral y de recortes salariales para disminuir costes. Y sobre todo están en juego posibles ayudas belgas que impulsen el negocio de Genk. j. l. z. valencia