Economía tiene un informe que cifra en 10.500 millones la liquidación del Banco de Valencia

J. Cuenca/M. A. Sánchez

La liquidación del Banco de Valencia tendría un coste aproximado de 10.500 millones de euros, una cifra equivalente a la mitad de los activos totales de la entidad financiera y que estaría muy por encima de lo que comportará su saneamiento „la consultora Oliver Wyman lo cifró en 3.462 millones„ y posterior venta a un competidor. Así lo comunicó el ministerio de Economía a la Comisión Europea para convencerla de que su idea inicial de liquidar de forma ordenada el Banco de Valencia sería mucho más gravosa que utilizar el dinero procedente del rescate financiero para limpiarlo de forma definitiva, según las diversas fuentes consultadas. El cálculo de los 10.500 millones está contenido en un informe encargado por la entidad valenciana al banco de inversión Nomura que defendía, tal como publicó el pasado miércoles este diario, las bondades de la venta frente a la resolución.

Expertos del sector financiero consultados ayer consideran que el coste de la liquidación es ciertamente muy elevado, pero creen que la situación del mercado podría justificar un cálculo tan derrotista. Al respecto, apuntan que todo depende del volumen de créditos hipotecarios con bajos intereses que mantenga la entidad, independientemente de los activos tóxicos que al final se traspasarán al banco malo (Sareb). Y es que, con un precio oficial del dinero tan bajo, las entidades concedieron créditos hipotecarios a un interés tan reducido que esos préstamos no resultan atractivos para comprarlos a no ser que se apliquen quitas muy elevadas, que en estos momentos se sitúan ya en torno al 50 %. Con el dinero que se ingresase, más la venta de oficinas, en un contexto en que el sector está procediendo a cierres masivos, sería con el que se tendrían que devolver los depósitos de la clientela. A todo ello no hay que olvidar que el FROB, tras la intervención de la entidad el 21 de noviembre del año pasado, tuvo que asumir una ampliación de capital por mil millones a resultas de la cual se hizo con el 91 % del banco y redujo la participación de los antiguos accionistas, entre ellos Bancaja/Bankia, al restante 9 %.

No obstante, estas fuentes apuntan que los costes de la venta también van a ser elevados, aunque no tanto. Como ha quedado dicho, Oliver Wyman estableció que, en un escenario extremo, el Banco de Valencia precisará 3.462 millones. Los expertos consultados aseguran que esta cantidad es innegociable y será precisó que, a través de Bruselas, la aporte el FROB, lo que implicará un incremento del déficit público de cerca del 0,35 %, aunque también es cierto que parcialmente podría cubrir ese dinero a través de lo que le queda al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), tal como hizo en la adjudicación de la CAM al Sabadell. De esta forma, la entidad quedaría saneada y podría ser vendida, aunque los costes irían a cargo del contribuyente. El problema en este caso estaría en convencer al comprador de que el análisis de Oliver Wyman es correcto „no hay unanimidad al respecto„ y de que la entidad no va a necesitar en el futuro nuevas aportaciones por deterioro de los activos que se mantengan dentro de ella después de traspasar los peores al banco malo, que solo se quedará con los pisos de más de 100.000 euros y los créditos inmobiliarios que superen los 250.000. Si finalmente Bruselas no acepta un Esquema de Protección de Activos (EPA), como parece, las reticencias entre las entidades interesadas podrían aumentar y, tal vez, hacer imposible la operación, aunque algunas fuentes apuntan que el Banco de España buscará fórmulas para que la venta se consume.

Claro que cabe la posibilidad de que la subasta quede desierta y el supervisor, para evitar los costes de una liquidación, opte, como sucederá con el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, por mantenerse unos años como accionista único. La clave se halla en cuánto está dispuesto a pagar el futuro comprador.

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